El problema de los okupas está tensando a la sociedad, con muchos propietarios decididos a tomarse la justicia por su mano ante la inacción de la Administración. La semana pasada una familia de cuatro hermanos a quienes invadieron su piso en El Prat de Llobregat descartó la vía judicial y recuperó su vivienda por la fuerza. Los cuatro hermanos entraron por el balcón y redujeron a un hombre que se hallaba en el piso hasta lograr echarle fuera, para luego cambiar la cerradura. No son los primeros que recurren a la fuerza para sacar a los okupas de su casa, una actitud que va a más, propiciada por la desesperación de los dueños de las viviendas, que se sienten desamparados. Y nada hay más peligroso que los ciudadanos pierdan la fe en la justicia y sientan que la ley no les protege. Es verdad que las personas tienen derecho a una vivienda digna, y es obligación del Estado velar por que este derecho fundamental se cumpla –mediante los servicios sociales, aumentando la cifra de vivienda social y asequible...–. Pero lo que no es de recibo es que la incompetencia de la Administración para resolver este problema recaiga en ciudadanos que han adquirido su casa con mucho esfuerzo y grandes sacrificios. Los políticos deberían afrontar con seriedad este asunto antes de que se nos vaya de las manos.
El problema okupa se nos va de las manos
Los políticos deberían afrontar con seriedad este asunto antes de que se nos vaya de las manos
08 septiembre 2020 15:10 |
Actualizado a 08 septiembre 2020 16:54
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