Ahora que estamos en pleno debate sobre la eficiencia e idoneidad de las medidas de ahorro energético aprobadas por el Gobierno, cobran valor iniciativas como la de Reus Energia, la empresa eléctrica impulsada por el Ayuntamiento de Reus, para reducir la factura eléctrica municipal y fomentar el autoconsumo en la ciudad.
La empresa acaba de culminar la primera fase del despliegue de placas solares en equipamientos públicos, que permitirá a cinco escuelas iniciar el próximo curso con unas instalaciones que les procurarán entre un 30 y un 35% de la energía que consumen. Son tímidos pasos hacia un autoconsumo por el que podíamos haber apostado muchísimo más sin la polémica que generan otras energías como la eólica y que incluso el PP quiso gravar con un impuesto.
Con menos horas de sol que nosotros, Alemania hace tiempo que lo tiene claro, por ello, es ya el quinto país del mundo en potencia acumulada, posición que mejorará cuando acabe la construcción del Energiepark Witznitz, el gigantesco parque solar que está impulsando sobre una antigua mina y que producirá 650 MW, el equivalente al gasto en electricidad de 200.000 hogares. Ojalá en este ámbito sí que aprendamos y el actual conflicto con Rusia nos sirva para poner en valor nuestro activo energético.
