E n 1969, poco antes del Apolo XI, Nixon invitó a la Casa Blanca al astronauta Borman. Ir a la Luna era peligroso para sus tres compañeros: el lanzamiento, el desacoplar las naves, el llegar a la Luna, salir de ella, acoplar de nuevo y volver. Pensando que no era descartable algún fallo, Borman le aconsejó: tenga preparado qué va a decir a las viudas.
En el desafío del Covid-19 los gobernantes asumen riesgos: el de confinar a la gente primero y el del desconfinamiento después, en un difícil equilibrio entre la salud y la actividad social, sabiendo que a medio plazo ambas son necesarias.
No debe ser fácil. Cuando oigo a Torra decir a Sánchez: gaste lo que sea, no se preocupe del déficit, pienso: lástima que no sea Merkel quien se lo diga.