La estupidez mata

26 noviembre 2021 10:40 | Actualizado a 26 noviembre 2021 11:32
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Comentaba en este mismo espacio el pasado sábado que cada día surgen noticias que confirman que la estupidez humana no tiene límites y que siempre hay personas dispuestas a corroborarlo, en alusión a la aparición en Países Bajos de organizaciones que conscientemente quieren propagar más la Covid-19 y que para ello invitan a los jóvenes a contraer el virus de forma deliberada. Incluso una página web distribuía un paquete por 33,50 euros que incluye un tubo con un líquido para infectarse con el coronavirus y un test rápido para verificar el contagio. Bien, pues la estupidez ya se ha cobrado al menos una vida, la de un residente en Austria que se desplazó hasta el norte de Italia para acudir a una de las llamadas ‘corona party’ –fiestas que, inexplicablemente y contra el sentido común, están en auge– y contagiarse adrede del coronavirus. Su intención era obtener así el pasaporte Covid una vez superara la enfermedad –suele tratarse de gente contraria a las vacunas–, pero el virus acabó por provocarle la muerte. No insistiremos en el insulto y menosprecio que estas actitudes representan tanto para los sanitarios que exponen su vida a diario como para las miles de personas que han perdido seres queridos por el virus y los que se han arruinado por las medidas para contenerlo. Solo diremos que parece mentira que a estas alturas, cuando la pandemia ha provocado cientos de miles de muertes en todo el planeta, haya que insistir en que el coronavirus es muy peligroso. Aunque me temo que es mucha más peligrosa la estupidez humana. En fin…

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