Cuando preguntaban a Reagan «¿puede un actor ser presidente?», decía que la pregunta era otra: «¿Puede un presidente no ser actor?».
La comparecencia de Pedro Sánchez iba a ser a las 12 del mediodía y de hecho comenzó saludando: «Buenas tardes», cuando eran las 11. Para despistar mejor sobre su decisión, dejó que Oscar Puente confesara verle muy abatido, y fue a hacer una visita al Rey, innecesaria si se quedaba.
El PP, Vox y los contrarios a Sánchez han acertado al decir que hacía teatro, pero han perdido el objetivo de sacarle de la Moncloa. En cuanto a Puigdemont, la permanencia de Sánchez le da confianza en completar la amnistía, pero le perjudica en su relato sobre la opresión que sufre Catalunya, más fácil de hacer si gobernaran otros.