En estos tiempos de pandemia en los que lo esencial o lo imprescindible –al menos en lo que a permisos para moverse con libertad se refiere– está intrínsecamente ligado a la producción, congratula ver noticias como la que protagoniza Cúllar Vega, ese pueblo de Granada cuyo ayuntamiento ha declarado servicio esencial a los Reyes Magos, a quienes de esta forma garantiza que podrán realizar su trabajo pese a las restricciones de movilidad que imperen en ese momento. Y, tomando como norte el dicho de que si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña, han decidido que si los niños no pueden disfrutar de la tradicional cabalgata –suspendida para garantizar las medidas de seguridad derivadas de la crisis sanitaria–, serán Melchor, Gaspar y Baltasar quienes acudirán a las casas de los pequeños a entregarles sus regalos. «Aquellas familias que deseen que los Reyes Magos visiten a sus hijos deberán solicitarlo previamente», avisa el concejal de Festejos de aquel pueblo, que, acorde con los nuevos tiempos, ha sustituido la tradicional carta a los reyes por el contacto directo con los Magos de Oriente a través del correo electrónico y el WhatsApp. Me parece una idea genial. Sobre todo, porque también mantener viva la ilusión debe ser algo imprescindible, una tarea esencial. Siempre, pero ahora más que nunca.
Los Reyes Magos, un trabajo esencial
Mantener viva la ilusión debe ser algo imprescindible, una tarea esencial
29 noviembre 2020 20:40 |
Actualizado a 29 noviembre 2020 21:20
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