La Residència Itaca Fortuny de Reus ofrece un trato casero y cercano

El centro tiene actualmente una lista de espera de entre 10 y 11 meses

19 mayo 2017 16:56 | Actualizado a 21 mayo 2017 16:05
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Un trato personal, casero y muy cercano al anciano. Estas serían las principales características que definen a la Residència Itaca Fortuny de Reus, un centro creado en 2002 que trabaja a diario para facilitar la vida a las personas mayores que tiene a su cargo. Instalados en una masía que, en su día, fue propiedad de un doctor y también acogió una guardería, este espacio geriátrico ha destacado siempre, según explica su directora, Carme Monje por «la poca rotación que hemos tenido entre nuestro personal. Eso nos permite poder ofrecer una atención más personal e individualizada a nuestros usuarios».

En este sentido, Monje explica que «estamos trabajando desde hace un año en el proyecto de Atención Centrada en la Persona (ACP). Para ello nos estamos formando, a través de la Associació Alzheimer Catalunya, para poder ofrecer de una manera más eficiente una atención personalizada a nuestros residentes. Se trata de llevar a cabo una intervención más centrada en la persona y no tanto a nivel grupal».

Para poder entender mejor la filosofía de este nuevo método de trabajo, la directora de la residencia pone un ejemplo: «Antes, todos los residentes desayunaban a la misma hora. En cambio, ahora, si alguno de ellos tiene que hacerlo más tarde lo hace. O si uno no quiere bañarse, no lo hace. Se trata de trabajar mucho en las historias y en la forma de vida que los usuarios tenían antes de entrar en la residencia».

El máximo de información

Una de las peculiaridades de esta forma de trabajar es que «tenemos mucho en cuenta, tanto al abuelo como a su familia, para poder disponer del máximo de información posible de esta persona. Es una manera diferente de cómo mirar a nuestros ancianos, contando al máximo con ellos, ya que incluso participan en las reuniones». Además, la ACP también ha llevado a esta residencia a personalizar las habitaciones, para que cada usuario pueda tener en ellas recuerdos, fotos, objetos personales, etc.

Tal y como ocurre en todas las residencias de la ciudad, el número de residentes de Itaca Fortuny que tienen algún deterioro cognitivo es muy elevado, llegando al 85%, con una media de edad que llega a los 85 años.

Desde Itaca Fortuny también trabajan para desarrollar muchas acciones solidarias en las que el anciano, y también sus familiares, se involucre. Por ejemplo, «hace dos años hicimos un acto para recoger dinero en beneficio de una enfermedad. Además, también participamos en la Marató de TV3», comenta Carme Monje, quien añade que «para la Diada de Sant Jordi también montamos una parada en la que vendemos las manualidades que han hecho los residentes. El dinero que recaudamos lo destinamos siempre a una ONG. Además, es una manera muy buena de abrirnos a la ciudad y que la gente nos conozca».

Salidas

Por otra parte, la residencia organiza muchas salidas a lo largo del año, donde se intenta implicar a los familiares de los ancianos para que también participen. La directora de Itaca Fortuny asegura que «hay de todo. Las familias de los nuevos ingresos suelen adaptarse bastante bien e implicarse. Además, intentamos siempre ser muy transparentes con las familias para que dispongan del máximo de información posible». Es por ello que una de las premisas del centro es explicar constantemente el día a día de los residentes a sus familias «y eso lo conseguimos hablando mucho con ellas», comenta Carme Monje. La Residència Itaca Fortuny, que cuenta con servicio de cocina y de lavandería propios, tiene actualmente con una lista de espera que oscila entre los 10 y los 11 meses.

 

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