Gemma Aznar lleva años ayudando a su hija Maria en su lucha contra el sobrepeso que padece. Cuando la niña, que en la actualidad tiene 17 años, contaba con tan sólo 10 le detectaron sobrepeso en una revisión médica que le hicieron en el colegio. «Nos obligaron a llevarla al pediatra con el informe médico del colegio. Pero nosotros ya sabíamos que tenía un poco de sobrepeso, pero como estaba en una época de desarrollo y crecimiento la medicación y el tratamiento que se le podía hacer era mínimo», recuerda Gemma.
Una vez en la consulta del pediatra, a los padres de Maria les dijeron que «mi hija tenía que hacer ejercicio. Nos extrañó, porque ella nunca ha sido una niña sedentaria. Al contrario, incluso hacía natación sincronizada».
La pediatra derivó a la niña a la Unidad de Nutrición del Hospital Sant Joan de Reus para estudiar el caso y allí «nos dijeron que haciendo ejercicio, el sobrepeso no tendría más importancia, y que siguiese con la dieta y si la cosa iba para atrás que volviésemos», explica Gemma, quien asegura que «probablemente, el sobrepeso que tiene Maria sea genético, ya que yo tengo obesidad mórbida. Yo no quería que mi hija acabase como yo».
A partir de aquí, Maria fue controlando su sobrepeso con dieta y ejercicio, tal y como le habían dicho. Pero todo cambió cuando llegó a los 14 años y «un día empezó a decirme que le dolía la cabeza», recuerda su madre. Volvieron a llevarla al hospital y, después de las pruebas pertinentes, le diagnosticaron una hipertensión y un principio de diabetes.
Todo cambió a partir de este momento. La dieta se volvió más estricta y desaparecieron completamente las grasas, la bollería, los helados, los azúcares, chucherías, patatas fritas, etc., «es decir, todo lo que le gusta a los niños y a los adolescentes», comenta Gemma, quien asegura que «actualmente Maria tiene controlada la hipertensión y la diabetes. Además del ejercicio (ahora ha cambiado la natación sincronizada por el taekwondo) también se medica».
A Gemma, como madre de una joven con sobrepeso, le parece «muy bien que se quiera aprobar un decreto que prohíba la publicidad de estos alimentos y bebidas insanas en horario infantil», aunque también pide más medidas para ayudar a combatir la obesidad en los más pequeños, como «que se controlen más los etiquetajes de los alimentos».
