Aberratius Dóminus, del latín «esto es una caca». En Tarragona somos unos cachondos internacionales con fondos europeos Next Generation EU y del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliéncia. ¡Wawww! Y es que hacemos aparcamientos en terrenos públicos con las mejores vistas al mar, en los mejores sitios de Tarragona. Y, además, no cumpliendo la normativa urbanística. Ni intentándolo. Menos mal que esto se hace antes del nuevo POUM y ‘cuela por los pelos’ por ser terrenos reservados a equipamientos, aparcamiento en superficie. ¡Brillante idea y mejor destino!
En esta ciudad ya tenemos algunas experiencias de obras financiadas con dinero europeo que deben desmantelarse antes de 10 años. ¿O ya nadie se acuerda de los 3,3 millones de euros que costó la fachada de Tabacalera (la famosa parra urbana) y su pantalla de televisión? ¿Dónde están? ¿Quién del Ayuntamiento tiene estas ideas? ¿De quién son? ¿Quién del Ayuntamiento las revisa y da luz verde? ¿Quién las contrasta? ¿Quién analiza las inversiones? ¿Qué eminencia les asesora? Menos mal que por Europa tampoco no miran demasiado estas inversiones y les pasa por alto su significado y su erótica aberrante. O no, ¡Ya veremos!
Este es un nuevo y absurdo ‘regalito’ urbanístico de más de dos millones de coste
No oigo a los arqueólogos protestar. Como es de esperar, siempre callados. Estamos muy cerca de lo que eran las fortificaciones de la ciudad del XVII. Pero no ha pasado nada, tan solo un susurro. Tampoco dicen nada los geógrafos en medios públicos. También callados, al menos hasta ahora. Nadie dice nada. Quizás es que nada cabe decir. Solo aceptar resignadamente tu propio destino como ciudad en manos de irresponsables. Lo siento, pues allá voy lectores. Y que me caiga más maldición publica si cabe. Pero es que este dinero, es de todos ustedes.
He tenido acceso a la documentación de la obra licitada y al proyecto en que se basa esta. Y sin ningún género de dudas la normativa urbanística sobre movimientos de tierras (desmontes y terraplenes) no se cumple, al menos en la documentación visitada y a la vista de lo que pinta la obra; pues tampoco. Y aunque se cumpliera, digo que es un aberratius dominus.
No hablo ya de cuestiones paisajísticas de la ciudad. Si ya molestaba el parquing Torroja (debería donde está el depósito municipal de coches), pues tomen dos tazas: más aparcamiento al lado del Torroja. ¿Serán públicos? ¿De concesión?. Da igual. En esta ciudad de topos, excavar es lo que toca, que es donde se pueden desviar las obras. Primero en el parquing de l’Escorxador, después en el Mercat de Tarragona y ahora, otra excavación facinerosa.
Sin ningún género de dudas la normativa sobre movimientos de tierras no se cumple
Es interesante ver que, si bien nos encontramos en la clave de equipamientos (sistemas públicos) las condiciones de edificación y ordenación (art 150) se ajustaran a las necesidades funcionales y, dice claramente la normativa que regirá la ordenación de la zona donde se implanta y que cambios de características de la ordenación implicarían la aprobación de un plan especial urbanístico. La ordenación aislada es la que circunda esta obra (al menos clave 14a2 entre varias que confluyen). Y tiene regulación de adaptación topográfica de movimientos de tierras (art. 78) y no permite terraplenes (en interior de finca y lindes) de más de 120 cm y desmontes de más de 200 cm respecto la cota natural del terreno. Y además los muros no superaran los 3,20 m. Pues eso, no se cumple.
Supongo que, cogido normativamente por los pelos (a saber cuáles) alguien adopta la lectura minimalista del planeamiento para, mediante la picaresca, tirar adelante esta operación equivoca, en el lugar equivoco y a coste equívoco. Y sin justificar el articulado urbanístico aplicable. 186 plazas de aparcamiento costaran 2.034.064,24 euros (obra sin desviación). A 10.935 euros por plaza nada más y nada menos a costa de sacrificar paisaje y en las zonas de más futuro turístico-patrimonial de la ciudad para un espléndido parque verde urbano. Otra infracción más que grave es la alteración paisajística. Y paisaje no es aquello que se ve a pie de calle sino desde las casas y edificios, e incluso hoy, a vuelo de dron.
No me cabe duda de que, habrá habido estudios arqueológicos de todo tipo, estudios de impacto paisajístico y todo habrá tenido informes favorables. No hay restos arqueológicos ni del XVIII, el paisaje todo ok, y no se habrá infringido normativa urbanística alguna. Pero esto es, a la par, un nuevo y absurdo ‘regalito’ urbanístico para la ciudad de más de 2 millones de euros de coste. Y otro legado para el desastroso futuro del urbanismo de la ciudad.
