¿Cómo afecta el volcán islandés a la importación de bacalao a Tarragona?

Desde Grindavík llegan anualmente, solo a la empresa Cabo Norte de Reus, 500 toneladas de este pescado

29 diciembre 2023 20:17 | Actualizado a 31 diciembre 2023 07:00
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Pocos días antes de Navidad, durante las últimas horas del lunes 18 de diciembre, entraba en erupción un volcán islandés en la península de Reykjanes. El suceso tuvo lugar cerca de Sundhnúksgíga, a tan solo cuatro kilómetros al noreste de la ciudad de Grindavík, en la que viven unas 4.000 personas.

Esta noticia, que a priori queda lejos de la provincia, casi a tres mil kilómetros de distancia, podría tener consecuencias para los amantes de un buen plato de bacalao en la mesa, mucho más para importadores y tenderos de salazones de este pescado procedente de aquella isla. Sin embargo, especialistas del sector consideran que, por el momento, ni subirán los precios ni faltará el producto.

«La situación cambió absolutamente en solo tres días. Parece que no sale lava y está todo más calmado. Por esto, aunque el pueblo de Grindavík continuaba cerrado antes de las fiestas, los habitantes podían entrar para ir a trabajar o a sus hogares durante el día», explica Agnar Thor, presidente en España de Vísir, una de las mayores importadoras de bacalao de la isla. Un profesional con una estrecha relación con la empresa Cabo Norte, sita en Reus, dedicada al comercio al por mayor de pesca salada, desde donde se abastece a supermercados, a restauración y a tiendas de salazón. En 2018 Vísir realizó una inversión en Cabo Norte, por la que adquirió el 50% de sus acciones. Ahora, importadores en origen, cada año llegan a Reus unas 500 toneladas de bacalao y otras 600 a una fábrica similar en Irún, en el País Vasco.

Thor vive a caballo entre Islandia y Catalunya desde hace 22 años. Comercial de pescado desde siempre, ha trabajado con el bacalao como el producto principal. Vísir tiene situadas sus plantas procesadoras de pescado en Grindavík, uno de los municipios pesqueros más activos del país, desde donde da trabajo a cientos de personas, justamente la localidad afectada por la fisura del volcán Fagradalsfjall.

Así las cosas, ¿pueden subir los precios o habrá escasez de bacalao en los próximos días? «No lo creo», responde Thor. «Pensamos que los precios se van a mantener como están actualmente», una previsión compartida por David Martín, de la parada Pesca Salada Pitarch, en el Mercat Central de Tarragona. «Nosotros tenemos cinco proveedores, del País Vasco, de Reus, de La Rioja y dos de Tarragona. Todos compran en Islandia y tanto en el País Vasco como en Tarragona me han confirmado que no tiene por qué haber problemas ni de suministro ni de precios». En cuanto a la ubicación del volcán, añade que «se encuentra en una parte de la isla que no afecta demasiado al aeropuerto. En teoría, el bacalao llega por mar, aunque una parte también lo hace vía aérea».

Agnar Thor, que conoce bien la zona, relata en conversación telefónica desde Islandia que en Grindavík, dos de los fabricantes más importantes en salazón, uno de ellos Vísir, lograron salvar la materia prima cuando se inició la erupción. A raíz de los terremotos y de las grietas que se habían ido produciendo durante el otoño, la esperaban de un momento a otro». Salvado el pescado, «buscaron soluciones para preparar el bacalao salado en otras localidades. Ambos tienen sus barcos y continúan trabajando. Por ejemplo, en el caso de Vísir, se ha pactado un acuerdo con un propietario de otra fábrica para guardar el pescado, por lo que ahora seguimos pescando».

Pescado blanco, saludable

Una de las formas tradicionales de conserva del bacalao es en salazón, para mantener sus propiedades. Entre estas, los nutricionistas destacan su alto contenido en proteínas y, al ser un pescado blanco, que apenas contiene grasas. Por ello es uno de los alimentos que se recomienda en dietas para combatir la obesidad e incluso el colesterol.

Los precios del bacalao varían en función de la parte del pescado que se consuma. Así, está entre los 17,95 euros el kilo y los 37,50. «Depende del grosor y, sobre todo, de si tiene o no espina», explica David Martín, quien, junto con su cuñada Cristina Santafé forman parte de la tercera generación, desde 1965, regentando la parada de Pesca Salada Pitarch, en el Mercat Central de Tarragona. «El precio también depende de si comporta una manipulación. Es decir, a nosotros nos traen las piezas en origen y aquí las cortamos y les sacamos las espinas. Ahí está el oficio de bacaladero». Una vez despiezado, la parte central, que es el lomo, es la más cara; los laterales son un poco más económicos, pero no tanto, y finalmente, las colas, las más baratas. Para los cocinillas, que prefieren prepararlo en casa, una pieza entera cuesta 24,95 euros el kilo, aproximadamente.

$!Cristina Santafé y Kelly Joana, en Pesca Salada Pitarch. Foto: Pere Ferré

Una población en jaque

La erupción estuvo precedida por un enjambre de terremotos previos, lo que hizo que el pasado 10 de noviembre se evacuara Grindavík. Sin embargo, las autoridades islandesas decidieron suspender a finales de noviembre el estado de emergencia, al considerar que había decrecido la probabilidad de una erupción dentro de los límites de esa localidad. «Ahora vemos que la tierra se abre y podemos agradecer a todos nuestros buenos socorristas y científicos que han patrullado esta zona en las últimas semanas y meses», afirmó la primera ministra de Islandia, Katrín Jakobsdóttir. Tras la erupción, Jakobsdóttir anunció medidas para extender el periodo de alojamiento temporal ofrecido a los residentes de Grindavík hasta la próxima primavera, mientras que el alcalde advirtió de que harán falta numerosas reparaciones hasta que el lugar vuelva a ser habitable. La preocupación es latente y el valor de las viviendas ha caído en pocas horas.

Escritores y traductores

«Además del drama humanitario que supone para todas estas familias que tengan que irse de su casa, también pienso en escritores como Guðbergur Bergsson y Jaime Salinas, ambos enterrados en Grindavík y el primero nacido en esa población», reflexiona, por su parte, Inés García, doctora en Filología alemana, con una tesis sobre poesía medieval islandesa, así como profesora de la Universitat Rovira i Virgili (URV).

Inés García acostumbra a visitar Islandia y este 2023 ha estado en dos ocasiones, una de ellas el pasado mayo, con motivo del viaje de la delegación del Govern de la Generalitat de Catalunya a los países nórdicos y bálticos para celebrar por primera vez la diada de Sant Jordi en Reykjavík. «Allí presentaron la traducción de mi saga de Kormákr, una saga islandesa del siglo XIII y se habló de la traducción del islandés al catalán. Y volviendo de este viaje, hicimos parada en Grindavík, donde estuve dos días. Es un pueblo pequeño, pero tiene un muelle muy grande. Me gustó», reconoce. Inés García recuerda que Guðbergur Bergsson «estudió en Catalunya e hizo muchísimo para introducir nuestra cultura en Islandia».

García fue la primera persona de todo el Estado en recibir la prestigiosa beca de traducción Snorri Sturluson, concedida por el Gobierno islandés. Y también fue la primera en traducir un libro del islandés al catalán. Se trata de la novela Àngels de l’univers, del autor Einar Már Guðmundsson, publicada por la editorial tarraconense Nits Blanques.

Traductor de ‘El Quijote’

Guðbergur Bergsson, el escritor nacido en Grindavík

Guðbergur Bergsson fue un escritor, poeta y traductor islandés que nació en Grindavík, donde también está enterrado. Estudió en la Universidad de Islandia para convertirse en profesor y en 1956 se trasladó a Barcelona, donde cursó estudios de Lengua Española, Literatura e Historia del Arte. Allí conoció a poetas y escritores como Carlos Barral, al reusense Gabriel Ferrater, Jaime Gil de Biedma y a quien fuera su pareja, el editor Jaime Salinas. «Entre sus traducciones al islandés está El Quijote y obras de García Márquez, Borges, Eduardo Mendoza y poetas como García Lorca», destaca la profesora y traductora Inés García. Fue galardonado en dos ocasiones con el Premio de Literatura de Islandia.

De igual manera, también en Grindavík está enterrado Jaime Salinas, hijo del poeta Pedro Salinas. Editor, trabajó en Seix Barral, en Alianza y en Alfaguara. Durante la década de 1980 fue director general del Libro y Bibliotecas siendo ministro de Cultura Javier Solana, en el primer gabinete de Felipe González.

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