Dos constructoras optan al Servei d’Atenció Domiciliària de Tarragona

Uno de los dos gigantes empresariales, OHLA o Sacyr, se hará con la explotación del
SAD, después de que la Xarxa Santa Tecla anunciara que no se presentaba al concurso

13 abril 2023 19:12 | Actualizado a 14 abril 2023 07:00
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OHLA y Sacyr son las dos grandes empresas constructoras españolas que optan a gestionar el Servei d’Atenció Domiciliària (SAD) que, hasta ahora, estaba en manos de la Xarxa Santa Tecla. Ayer se hacían públicos los nombres de estos dos gigantes empresariales con sede en Madrid. Una de las dos compañías se hará con este servicio municipal a partir del mes de octubre. Cabe recordar que hace unos días, las Xarxa Santa Tecla –entidad que gestiona el SAD desde 2008– anunciaba que no se presentaría al nuevo concurso público para explotar el servicio, al considerar que la oferta económica que proponía el Ayuntamiento era «insuficiente».

Tanto OHLA como Sacyr forman parte del reducido grupo de las empresas constructoras más importantes del país y de las que cotizan en bolsa. Además de la faceta dedicada a las infraestructuras, ambos compañías ofrecen otro tipo de servicios, algunos de ellos relacionados con el cuidado de las personas.

La empresa OHLA nació en 1911 en Bilbao y su primera obra fue la construcción de dos dársenas en el puerto de Lisboa. Hasta hace pocos meses, uno de los históricos accionistas de la empresa era Juan Miguel Villar Mir, quien ejerció un cargo de alta importancia durante el gobierno franquista. A modo de anécdota, OHLA es la empresa que está construyendo el nuevo hospital Viamed, ubicado en los barrios de Ponent.

Esta compañía no es nueva en lo de explotar la atención domiciliaria. Según la web de la empresa, trabaja para ayuntamientos como el de A Coruña, Isla Cristina, Algeciras, Yecla, Terrassa, Las Rozas, Vila-Real y Málaga. Además, OHLA gestiona residencias de la tercera edad, pisos tutelados y centros de día.

Por otro lado, Sacyr se fundó en 1986, y también es una de las mayores empresas constructoras de España y de los países OCDE, junto a ACS, Ferrovial, FCC, Acciona y la ya nombrada OHLA.

Según la página web de Sacyr, la empresa cuenta con una larga trayectoria profesional en el ámbito de la atención domiciliaria, gestionando el servicio en más de 970 municipios. Algunos de ellos son Madrid, Alicante, Valladolid y Ávila, entre otros.

Tanto Sacyr como OHLA fueron sancionadas en julio de 2022 por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, por alterar durante más de 25 años el proceso competitivo en las licitaciones de construcción de infraestructuras.

Durante las próximas semanas, el Ayuntamiento dará a conocer cual es la empresa adjudicataria del servicio. El contrato es de dos años, desde octubre de este año hasta octubre de 2025, con una única prórroga de dos años más, que es obligatoria para la empresa adjudicataria. El valor estimado del contrato es de poco más de 14 millones de euros.

«Estamos preocupadas»

La Xarxa Santa Tecla lleva desde 2008 encargándose de prestar este servicio en la ciudad de Tarragona. Hace unos días, la entidad anunciaba que no se presentaría al concurso porqué la oferta económica propuesta por el Ayuntamiento es «insuficiente». Según la Xarxa, en los últimos años, la entidad se ha visto obligada a poner dinero de su bolsillo para poder mantener el servicio. Cabe recordar que, desde su puesta en marcha, se han atendido cerca de 800 usuarios.

Según marca el contrato, las trabajadoras del SAD deberán ser subrogadas por la nueva empresa adjudicataria. Pese a ello, el comité de empresa se muestra preocupado por el futuro. «Tenemos muchos miedos e inquietudes por lo que pueda pasar. Cabe tener en cuenta que, antes de la Tecla, lo llevaba otra empresa y estuvimos muchos meses sin cobrar. No nos gustaría que volviera a pasar algo así», explica la presidenta del comité de empresa del SAD, Imma Folch, quien añade que «sospechamos que estas empresas quieran hacer negocio con nuestro trabajo».

Según Folch, «con la Xarxa, al menos, cobramos puntualmente y se nos trata con respeto». La presidenta destaca que buena parte de las trabajadoras del SAD forman parte de colectivos vulnerables. «Por eso es importante que alguien vele por nuestros intereses», acaba Folch.

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