Casas ha trabajado en España, Argentina, Colombia y Ecuador. En este último país fue CEO de Telefónica durante seis años. Desde enero es director territorial en Catalunya, Comunitat Valenciana, Illes Balears y Región de Murcia. La entrevista es por vídeoconferencia. Ayer empalmaba vídeollamadas desde las ocho y media de la mañana hasta las siete de la tarde con una pausa para comer.
¿La pandemia ha acelerado la llegada del 5 G?
La llegada estaba prevista. Lo que ha acelerado es todo lo demás. Había una necesidad importante de transformación digital en la sociedad, en las empresas en las PIMES, en la administración pública… Un ejemplo: en el primer comité de dirección a principios de año la directora de recursos humanos de Telefónica de España presentó un plan de inmersión de todos los empleados, que son unos 23.000, en el teletrabajo. Era un plan muy bien pensado que tenía planeado llegar a final del año 2020 con el 20% del personal con las herramientas para teletrabajar. Eso fue en enero y el 15 de marzo el 98,7% de los empleados estaba teletrabajando.
¿Cómo será el despliegue en la provincia?
Hoy (ayer) encendemos el 5G en la ciudad de Tarragona y hasta el final del 2020 vamos a desplegar 46 municipios más. Eso nos va a permitir llegar a un 76% de la población. En ese despliegue se contemplan las poblaciones grandes como Reus, El Vendrell, Calafell, Tortosa.. Hasta poblaciones más pequeñas, algunas apenas por encima de los mil habitantes.
¿Qué porcentaje usuarios tiene telefónica en la demarcación?
La cuota de mercado de Telefónica está entre el 35 y el 40%.
Póngame un ejemplo de lo que ganará un usuario con el 5G.
En primer lugar tendremos vídeos en altísima definición a una gran velocidad. Por ejemplo, podrá descargarse un episodio de cualquier serie apenas en segundos con una definición de 8K.
¿Influye en la cobertura?
Ahora la concurrencia de muchos terminales a veces dificulta la cobertura en 4G. Eso con el 5G no va a pasar, porque la capacidad de absorber un número de dispositivos inalámbricos simultáneamente es muchísimo mayor.
Dice que lo notarán los gamers.
Sí, los jugadores más avezados, como mis hijos, ya no quieren jugar con el móvil por la latencia, que es la velocidad con la que se manda información al servidor. En el 5G la latencia es 50 veces inferior que con el 4G. Esto también es importante en la medicina. Cuando un cirujano en Boston opera a un señor en Tarragona la latencia es muy relevante.
Si compro un móvil con 5G ¿me podré conectar? ¿Cómo se va a reflejar en la factura?
Hoy, si compra un teléfono 5G y lo usa tendrá 5G. Si después hacemos tarifa diferenciada para 4G y 5G es algo que no hemos analizado.
¿Y un ejemplo de lo que podemos ganar como comunidad?
El 5G es la tecnología de la siguiente gran revolución que es la del internet de las cosas. Los dispositivos o sensores inalámbricos conectados tendrán un impacto brutal en el día a día. Los expertos hablaban de 20.000 millones de dispositivos móviles conectados a cierre de 2019. Esos mismos expertos estiman que llegará a entre 55.000 y 75.000 millones al final del año 2025. No son solo teléfonos móviles, es el frigorífico conectado, la lavadora, el coche… Ya hay ciudades, donde el riego de los parques depende de la humedad real del suelo. En las Smart Cities podemos prever que la iluminación solo se encienda cuando pasa un coche por una carretera o un peatón por un parque; donde los contenedores tienen un sensor que avisa de su llenado...
¿A la larga internet va a ser considerado un servicio esencial como la electricidad que no se puede cortar?
Durante el confinamiento duro las telecomunicaciones fueron consideradas esenciales con lo cual se nos permitió abrir las tiendas, mantuvimos los servicios, las instalaciones… Una iniciativa nuestra fue no cortar las líneas de aquellos clientes que por dificultades derivadas de la crisis sanitaria no podían pagar porque entendíamos que área el momento de ser solidarios con la sociedad. Pero ahora visto desde otro punto de vista muchos responsables públicos entienden que disponer de banda ancha es una herramienta para acortar la brecha socioeconómica y para fijar a la gente al territorio, para evitar el fenómeno de la España vaciada. Reunido con el presidente de la Diputació de Lleida me decía: ‘te transmito de parte de los alcaldes a los que represento que me han dicho: pelea por que llegue la fibra antes que por la carretera’. Tiene que haber un esfuerzo público-privado porque no será rentable llegar a poblaciones muy rurales.
Y luego está la brecha digital, que no es solo un tema de conexión...
En España tenemos más fibra que lo que tienen Reino Unido, Italia, Francia y Alemania juntos. La siguiente pregunta es por qué nos falta competitividad si somos el tercer país del mundo en despliegue de fibra y el primero de Europa. La respuesta es que no hemos hecho la tarea de las transformación digital, no la hemos hecho como tejido empresarial y no la hemos hecho como sociedad.
