El abogado del autor confeso de la muerte de la anciana de 91 años pide su absolución

La defensa argumenta que el acusado tenía «sus facultades anuladas» por un trastorno mental. Los Mossos declararon ayer que el investigado estaba «abatido, decaído y nervioso»

27 febrero 2023 20:01 | Actualizado a 28 febrero 2023 07:00
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El hombre acusado de matar a la tía de su mujer, de 91 años, en marzo de 2021 en la calle Pin i Soler de Tarragona, acudió a la comisaría de los Mossos d’Esquadra de Sant Andreu (Barcelona) para confesar el homicidio. Reconoció los hechos delante de la policía nueve horas después de matar a la anciana. Ayer tuvo lugar la primera sesión del juicio contra el acusado con la presencia del jurado popular, en la Audiència de Tarragona. El abogado de la defensa pidió la absolución del imputado, o bien alternativamente, dos años y seis meses de cárcel por un delito de homicidio. Argumentó que el investigado tenía anuladas sus capacidades volitiva e intelectuales, debido a un trastorno mental. Por su parte, el fiscal solicitó 14 años y medio de cárcel para el investigado.

Durante la primera sesión del juicio, fue el turno de las declaraciones de los policías como testigos. Tanto de los agentes de Barcelona, que asistieron a la confesión del acusado, como la de los de Tarragona, que comprobaron el fallecimiento de la mujer. Hoy seguirán pasando testigos ante el jurado popular y, tal como está previsto, el jueves será el turno de la declaración del acusado.

La versión del fiscal

Antes de entrar en materia, conozcamos algunos detalles del escrito de acusación de la fiscalía para entender mejor el relato de los hechos. Pocos minutos después de las ocho de la mañana del día 24 de marzo de 2021, el acusado salía de su casa de Barcelona, cogía el coche de su hijo y se dirigía a Tarragona. El motivo era acompañar a la prima hermana de su suegro, de 91 años de edad, a ponerse la segunda dosis de la vacuna contra la Covid. La mujer vivía sola en la calle Pin i Soler de Tarragona, era soltera y no tenía hijos. Según el escrito de fiscalía, la anciana, que presentaba «episodios de alucinaciones», no acudía casi nunca al médico y, cuando lo hacía, era acompañada siempre del acusado y su mujer –que era su sobrina segunda–.

Cuando el investigado llegó a casa de la mujer –sobre las nueve y media de la mañana–, fue al comedor en busca de un cojín, y se dirigió a la habitación donde se encontraba la anciana «con ánimo de matar», dice el fiscal. Según el escrito, le colocó el cojín en la cara, haciendo fuerza con la intención de ahogarla, y entonces se percató de que la mujer había colocado la mano para protegerse. Fue entonces cuando el acusado, siempre según la versión del fiscal, le tapó la nariz y la boca hasta causarle la muerte por asfixia.

El acusado salió de la vivienda y volvió a Barcelona. Poco antes de las seis y media de la tarde, el investigado entraba a las dependencias policiales de los Mossos d’Esquadra de Sant Andreu, donde confesaba los hechos.

Según el fiscal, el móvil del homicidio podría ser económico, ya que en 2012, la víctima hizo heredera universal de todos sus bienes a su sobrina, la mujer del acusado, y al hijo de esta. A fecha de 2020, la anciana poseía un saldo en el banco de 150.000 euros, además de la vivienda donde residía. Por su parte, la defensa alega que el acusado tenía «sus facultades anuladas», por un trastorno mental transitorio.

El momento de la confesión

Los policías que testificaron ayer durante el juicio declararon que el acusado, durante la confesión, estaba «abatido, decaído, nervioso y afectado», pero que su declaración la tomaron como buena, «ya que era un relato totalmente lógico y coherente», decía uno de los agentes. «No presentó ningún problema de comprensión. Era coherente y respondía a las preguntas con total lógica», decía otro agente. Algunos de los Mossos también explicaron que el investigado les dijo que había tenido problemas de depresión.

El acusado acudió a la comisaría de Sant Andreu, acompañado de su mujer y de su hijo. La familia se esperó en una sala, mientras que el investigado, custodiado por dos agentes, procedía a la declaración. Uno de los agentes explicaba que «el acusado dijo que, tanto la víctima como su suegro, le hacían la vida imposible», y que alguna vez, había «fantaseado» con matarlos. «Cuando vino a comisaría tenía la duda de si la había matado o no», decía el policía.

Los agentes activaron el protocolo y se pusieron en contacto con los Mossos de Tarragona para que hicieran las comprobaciones pertinentes. Los policías que entraron a la vivienda se encontraron con el cadáver tumbado en la cama. El diferencial de la luz estaba bajado y las persianas también. Otro Mosso detalló ayer que en las muestras extraídas del cojín había ADN de la víctima y del acusado.

Además, en la primera sesión del juicio, también declaró una vecina por videoconferencia. Explicó que la anciana estaba «desorientada» desde noviembre de 2019 y que llamaba a su puerta porque no sabía donde estaba. Además, declaró que conocía al acusado porque le había visto en alguna ocasión en el rellano.

El juicio se va a retomar hoy con las declaraciones de más testigos. Está previsto que el jueves sea el turno del acusado y, el viernes, el de las conclusiones. El veredicto del jurado popular deberá esperarse a la semana que viene.

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