Muchos pueblos y barrios del territorio han celebrado este fin de semana sus fiestas mayores.
En Tarragona, el Barri del Port se ha vestido de gala para acoger la trigésima primera edición de sus fiestas.
Con el pregón del arquitecto, historiador y vecino, Ramón Aloguín, se dio el pistoletazo de salida. Durante la tarde del viernes, la calle Sant Miquel, se llenó de vecinos y vecinas para celebrar uno de los actos más tradicionales: la chocolatada.
Alrededor de media noche, un disc-jockey animó a todos los presentes que no dudaron en bailar los temas más clásicos pero también las novedades del panorama musical.
El sábado fue el día grande, el más esperado por la mayoría de los vecinos y vecinas. Los más pequeños disfrutaron de diferentes talleres y juegos al aire libre. Seguidamente, tuvo lugar, como es habitual, la fideuà. Los mejillones tampoco faltaron a la cita.
A las siete de la tarde, la Cucafera de Tarragona puso el barrio patas arriba en la que es su primera salida del año. Después de recorrer las diferentes calles del barrio al ritmo de la Xaranga Pujats de To, el acto finalizó en la calle Sant Miquel con una cena popular.
Durante la mañana del domingo, los gigantes volvieron a ser los principales protagonistas. Una vez más, la Xaranga Pujats de To fue la encargada de acompañarlos durante todo su recorrido. La presidenta del Barri de Port, Mari Carme Puig, agradeció «la colaboración de todas las entidades, vecinos y vecinas que habían aportado su granito de arena para hacer posible, una vez más, las fiestas».
