El quiosco de la Imperial Tarraco, con los días contados

El Ayuntamiento no lo reubicará una vez finalice la concesión, de 1967, porque por allí pasará el nuevo carril bici educativo. La propiedad pide «alternativas» para mantener vivo el negocio

10 agosto 2021 18:40 | Actualizado a 11 agosto 2021 09:57
Se lee en minutos
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

Alea jacta est. Finalmente, el Ayuntamiento de Tarragona no reubicará el quiosco de la Plaça Imperial Tarraco, un histórico comercio que está abierto desde el año 1967 y que, según ha podido saber el Diari, cerrará dentro de solo 71 días: el próximo 21 de octubre. Así lo aseguran a este periódico fuentes municipales, las cuales indican que varios son los motivos que, después de estudiarlo técnicamente, han llevado a la corporación local a tomar la drástica decisión.

La primera de ellas es por la extinción de un título habilitante que se concedió hace 54 años y que, según el concejal de Béns i Patrimoni, Hermán Pinedo, es «anacrónico». «La concesión no se puede prorrogar. No tiene sentido hacerlo porque no se adapta a los tiempos que corren. Debe hacerse un concurso público para regularizar su situación y actualizarse», indica el representante no adscrito del equipo de gobierno de la Plaça de la Font, quien añade que «no es lógico que en 2021 sigan con las condiciones de hace medio siglo y no puedan vender productos que ahora sí que están permitidos».

Por ello, ahora la hoja de ruta municipal es similar a la que en 2018 inició la Generalitat de Catalunya con los negocios Iot y Tòful de Mar de la Platja Llarga. «Lo legalmente adecuado es iniciar este otoño una licitación con transparencia de todos los quioscos vacíos que tenemos», asegura el concejal, en referencia al hecho de que también están pendientes de concesionar los emplazamientos que desde hace tiempo están sin uso en la Avinguda Lluís Companys y en la Font del Centenari. Estas adjudicaciones está previsto que sean de entre cuatro y ocho años.

‘Lifting’ delante de Lletres

Paralelamente a la situación administrativo del espacio, la continuidad de la estructura física frente al antiguo edificio de Lletres también ha chocado con otro problema: el nuevo carril bici que discurrirá por esa zona y que imposibilita, según los técnicos, que el inmueble pueda reubicarse a pocos metros. Inicialmente se había filtrado la posibilidad de que el Consistorio podría trasladar el negocio en la misma parte de la plaza, pero finalmente esta posibilidad se ha descartado por la reordenación que se llevará a cabo de todo el perímetro.

El trazado del carril bici cubrirá una distancia de 1.940 metros y enlazará el Campus Sescelades, pasando por el Campus Catalunya, hasta la Plaça de la Imperial Tarraco. Desde Països Catalans, el carril bici se abrirá paso por las calles Ramon Comas i Maduell y Pi i Maragall, hasta cruzar el puente sobre la autovía A-7. Desde allí, seguirá por la Avinguda de Catalunya y la de Marquès de Montoliu hasta llegar donde ahora hay el histórico quiosco. Una vez en este punto, los usuarios podrán seguir por los laterales de la Avinguda de Roma, hasta el puente del Parc Central, lo que prácticamente permitirá unir este vial con el carril bici de Ponent y, antes, con el recientemente inaugurado de Pere Martell.

Las fuentes consultadas aseguran que las obras, que ya están en marcha desde hace semanas, no afectarán a la Plaça Imperial Tarraco «hasta que no se extinga la concesión» del quiosco del próximo 21 de octubre.

«Apoyo de los partidos»

Desde el histórico negocio, Julio Dueñas –también presidente de la Asociación de Vendedores de Prensa– lamentaba ayer por la tarde «tener la primera noticia por el Diari». «Estamos pendientes de una reunión con el Ayuntamiento, pero no tenemos constancia oficial de que no nos reubiquen», afirmaba.

A solo dos meses y medio para la finalización de la adjudicación, Dueñas pide al Consistorio que ofrezca «una alternativa». «A estas alturas ya deberíamos saber qué es lo que haremos el 22 de octubre», indica el exresponsable del quiosco, quien pide el apoyo «de todos los partidos políticos» para que avalen la continuidad de un espacio «que ha dado servicio a la ciudad 363 días anuales durante 54 años». «En Barcelona, ERC ha propuesto a Colau que apoye a los comercios tradicionales. Espero que aquí en Tarragona hagan lo mismo», señala. Fuentes municipales se abren a ceder «a precario durante un año» un stand –el de Lluís Companys o la Font del Centenari– para que después el negocio «se presente a la licitación pública». De todas formas, la cuenta atrás ya ha empezado para un quiosco de la Imperial que, en breve, pasará a ser parte de la memoria histórica de la ciudad.

 

El Diari publicó en mayo un premonitorio reportaje:

Los últimos de Filipinas

 

Comentarios
Multimedia Diari