Oscar Pascual se define como un ‘friki’ de los calçots. De hecho, su relación con esta cebolla es singular, hasta el punto de que el 31 de diciembre del año pasado decidió abandonar las uvas y dar la bienvenida al 2016 comiendo doce ejemplares.Rodeado de amigos, mientras estos seguían la tradición italiana, él puso la teja encima de la mesa y a cada nueva campanada se los fue zampando uno detrás del otro.
Asegura que éste ha sido un año «fantástico», por ello ya ha dicho que va a repetir de nuevo y ha decidido hacer una convocatoria pública. Desde que se le ocurrió la idea esta misma semana ya ha abierto una página web (www.12calçots.com) y ha puesto en marcha un concurso, para los que decidan hacerle compañía. Para ello, ha empezado a movilizar a gente a través de Facebook, Twitter e Instagram con el hashtag #12calçots. «A ver si a partir de aquí sale una quincena de locos que se animen y cuelguen el vídeo para compartir», explica Pascual.
El objetivo es que a partir de estos materiales pueda establecerse un concurso para ver quién consigue más likes. Las personas competitivas pueden sumarle un aliciente, ya que incluso habrá premios. Y, como no podía ser de otra forma, ¿qué hay de premio? Pues, más calçots. El primer clasificado se llevará un paquete para una calçotada para entre diez y doce personas, con 200 unidades, un tarro de salsa de un kilo y medio y diez baberos. Para el segundo también hay premio, aunque en este caso el mini pack, que es la mitad.
Los que se animen tienen una semana para entrenarse. De hecho, Pascual asegura que el año pasado tan solo lo había ensayado en una ocasión el día antes. «La clave está en tenerlo todo preparado, por ello ya los tenía todos alineados y pelados encima de la teja, con la salsa», describe. Reconoce que hubo un momento en el que lo pasó mal, pero consiguió superar el reto. Por ello, recomienda a las personas que se animen que seleccionen los más delgaditos y que «hay que tragarlos directamente». De hecho, asegura que es lo mismo que comerse las uvas, por lo que el secreto está en «mantener el ritmo».
El concurso estará abierto hasta el 1 de marzo a las ocho de la tarde, cuando se cerrará el plazo para las votaciones.
De hecho, esta convocatoria es otro episodio de este joven emprendedor con los calçots. En 2009 constituyó la empresa Calsots.com, una sociedad que nació cuando el e-commerce aún era una práctica embrionaria en nuestro país. Venden paquetes de calçotada en los que se encuentran todos los productos para disfrutar de este ágape típico de Valls.
Un modus vivendi
Comenzó como un hobby y el año pasado vendió medio millón de unidades.Con una facturación de 160.000 euros, asegura que el año nuevo será el de «la apuesta clara por la internacionalización». Con lo que espera que el 10% de las ventas sean al exterior.
«La mayoría son catalanes que viven en Francia y Alemania. Aunque he mandado calçots incluso a Tailandia, Lituania y Dinamarca, que puede parecer más próximo, pero en invierno hace un frío brutal», sigue explicando Pascual.
Aunque, más allá de ser su modus vivendi, es un divulgador de los calçots y de la fiesta de la calçotada. Le llamaron para organizar una comida para la tele surcoreana y la preparó. El año siguiente volvían a ponerse en contacto con él de este mismo país de un reality gastronómico en el que participaban cuatro cocineros.
Su pasión incluso lo llevó a la gran pantalla, ya que apareció, precisamente preparando una calçotada, en la película ‘Ocho apellidos catalanes’.