El estudio de la calidad del aire del Camp de Tarragona publica los picos de butadieno por primera vez

Este compuesto tóxico no cuenta con un tope regulado. En 2023, creció su presencia junto con la del benceno, pero, según el informe, no llegó a los límites legales ni a los recomendados

19 marzo 2024 11:22 | Actualizado a 07 abril 2024 02:10
Se lee en minutos
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

El Observatori de la Qualitat de l’Aire del Camp de Tarragona, presentado este martes en la Cambra de Comerç, ha informado, por primera vez de manera detallada, de los picos de 1,3-butadieno detectados en los equipos en línea ubicados en El Morell durante todo 2023 y en Constantí a lo largo de los últimos cuatro meses, que permiten determinar la presencia de este compuesto cada treinta minutos.

Lo que controla el informe son las inmisiones –la concentración del contaminante (o nivel) en cada punto del territorio, es decir, lo que respiraría una persona en aquel punto–, no las emisiones –la cantidad de contaminante que va a parar a la atmósfera desde una fuente–, que están reguladas por las autorizaciones ambientales. Sin embargo, el Observatori admite que no siempre es posible identificar el origen de las puntas de contaminación.

El 1,3-butadieno, tóxico y carcinógeno, no cuenta con una legislación que regule sus valores límites ni en el Estado español ni en la Unión Europea. Tan solo existe alguna recomendación para las zonas de inmisión, como la que indica el Ministerio de Medioambiente de Ontario (Canadá), que es una de las más aceptadas y establece un límite de 2 microgramos por metro cúbico (µg/m³). No obstante, conviene aclarar que esa recomendación se refiere a la media anual y no a los picos.

$!El informe se presentó en la Cambra de Comerç de Tarragona. Foto: J. M. R.

En este caso, el Observatori, una iniciativa impulsada en 2018 por Repsol, con el apoyo de la Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT), la coordinación del Institut Cerdà y la dirección científica de la Universitat Rovira i Virgili (URV), coge como referencia los 20 µg/m³. Se eligió esta limitación debido a que, en el caso del benceno, cuando se iguala o se supera ese punto, debe informarse a la Administración.

La Generalitat de Catalunya, desde hace más de quince años, tiene instalados dos equipos –en Puigdelfí y Constantí– que controlan ese compuesto –el benceno– a tiempo real.

«Queremos avanzar para contar con mejores datos», Javier Sancho, director del complejo industrial de Repsol en Tarragona

En cuanto al 1,3-butadieno, durante 2023, el 1% de las muestras recogidas en El Morell superaron ese límite arbitrario de 20 µg/m³. El año anterior, el dato fue del 2%, según el informe publicado en 2022. Por otro lado, en un 73% de los casos no se detectó el compuesto o había concentraciones tan pequeñas que no pudo cuantificarse –en 2022, fue el 65%–.

En el 11% de las muestras, los registros estuvieron entre los 0,25 µg/m³ y los 2 µg/m³ y, por último, un 6% fue desde los 2 µg/m³ hasta los 20 µg/m³. En total, se recogieron 12.936 datos.

Lo que controla el informe son las inmisiones –la presencia de sustancias en el aire–, no las emisiones, que están reguladas por las autorizaciones ambientales

El año pasado, ya se midieron los picos de 1,3-butadieno y se expusieron los porcentajes entre los que se movían las muestras recogidas, pero no se dieron las cifras. Este informe sí que las facilita e indica que la concentración máxima de este compuesto se produjo en el mes de marzo, cuando se registraron casi 190 µg/m³.

Durante el año, ha habido cerca de un centenar de puntos que han superado los 20 µg/m³, pero el Observatori pone el foco en que el 99% de las muestras están por debajo. Además, destaca que «esta información debe permitir detectar qué actividades o incidencias se llevan a cabo en las empresas que provocan estas emisiones».

«Si se lleva a cabo este estudio es porque las empresas quieren responder a una preocupación social», Lluís Inglada, director de Gestió i Innovació del Territori del Institut Cerdà

Como es habitual, el informe también ofrece las medias anuales de 75 compuestos orgánicos volátiles (COV), que pueden clasificarse en tres grupos, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico: los extremadamente peligrosos para la salud –por ejemplo, el benceno–, los clase A, que pueden causar daños significativos al medioambiente, y los clase B, los que tienen un menor impacto –como el etanol–.

Estos compuestos se utilizan y transportan en trenes, camiones y barcos del territorio. Aunque no exista normativa para su control, es necesario detectar su presencia, puesto que algunos de ellos están clasificados como tóxicos por organismos internacionales.

La Laboral, La Canonja, La Pineda y Torreforta son los puntos con mayor concentración de COV

La tecnología utilizada para medir los picos señala que la media anual de butadieno en El Morell durante 2023 fue de 1,43 µg/m³, similar al dato de 1,67 µg/m³ que da el sistema de muestreo pasivo, que es el que se utiliza para conocer las medias mensuales, pero que no mide en tiempo real.

Durante estos años, se han monitorizado estos COV en 19 poblaciones del Camp de Tarragona y en Barcelona, Lleida y Girona, y se ha identificado cuáles causan un mayor impacto. Algunos de los que más se analizan son el benceno, el 1,3-butadieno, el etilbenceno y el 1,2-dicloroetano.

«Se analizan de forma especial aquellos compuestos que son más tóxicos», Francesc Borrull, director del estudio y catedrático de Química Analítica de la Universitat Rovira i Virgili

En general, las estadísticas anuales de COV totales (∑COV) se concentran en la Laboral (82,4 µg/m³), La Canonja (61,3 µg/m³), La Pineda (58,1 µg/m³), Torreforta (51,1 µg/m³) y Barcelona (44,4 µg/m³), mientras que los valores más bajos se posicionan en Prades (8,13 µg/m³), Vila-seca (20,7 µg/m³) y Alcover (21 µg/m³). El resto de poblaciones se encuentran en el intervalo de 24,6 µg/m³ y 40,3 µg/m³.

Los datos de evolución señalan que 2023 ha registrado los valores más elevados de ∑COV en El Morell, Puigdelfí, Girona, la Laboral, La Canonja y La Pineda. Por otra parte, hay reducciones en Valls, Barcelona, Constantí, El Serrallo, Tarragona y Vila-seca.

El Observatori apunta que el benceno, el 1,3-butadieno, el etilbenceno y el 1,2 dicloretano son algunos de los compuestos de los que se hace un seguimiento más detallado

En cuanto a las concentraciones de benceno, los valores medios más elevados se focalizan en la Laboral (1,77 µg/m³), Constantí (1,68 µg/m³), Vila-seca (1,41 µg/m³), La Pineda (1,41 µg/m³), La Canonja (1,28 µg/m³), Campclar (1,24 µg/m³) y Torreforta (1,20 µg/m³).

El resto de las poblaciones no ha llegado a una concentración de 1 µg/m³, con los valores más bajos en Prades (0,34 µg/m³), Alcover (0,65 µg/m³), Lleida (0,71 µg/m³), Villalonga (0,73 µg/m³) y Reus (0,73 µg/m³).

El límite legal de este compuesto –el único que está regulado– es de 5 µg/m³ establecidos como valor medio máximo anual en zonas de inmisión según el Real Decreto 102/2011. La media de concentraciones de benceno el pasado año es la más alta del período 2019-2023 en todos los puntos analizados, excepto en Bonavista. No obstante, las subidas son leves.

Los compuestos orgánicos volátiles (COV) pueden clasificarse en tres grupos, según el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico: los extremadamente peligrosos para la salud, los clase A, que pueden causar daños significativos al medioambiente, y los clase B, los que tienen un menor impacto

Los datos más elevados de butadieno –que no tiene límite legal, pero se utiliza la recomendación del Ministerio de Medioambiente de Ontario de que las medias anuales sean inferiores a 2 µg/m³– están en la Laboral (1,73 µg/m³), El Morell (1,67 µg/m³), Constantí (1,62 µg/m³), Campclar (1,45 µg/m³), Bonavista (1,39 µg/m³), La Canonja (1,21 µg/m³), Torreforta (1,19 µg/m³), Puigdelfí (1,17 µg/m³) y La Pobla de Mafumet (1,14 µg/m³). El resto tiene concentraciones más pequeñas que 1 µg/m³.

El director del estudio y catedrático de Química Analítica de la URV, Francesc Borrull, ha indicado que hay algunos valores que se acercan a esos 2 µg/m³ «y es algo a mejorar en el futuro». En cuanto a la evolución entre 2019 y 2023, Alcover, Constantí, El Morell, Puigdelfí, Sant Salvador, Valls, Vilallonga, Torreforta, Campclar, Vila-seca, la Laboral, La Canonja y La Pineda obtienen sus registros más altos en ese período.

Comentarios
Multimedia Diari