Fuga de sanitarios en Tarragona pese a la pandemia

La pandemia de la Covid-19 no ha frenado la fuga al extranjero de un personal sanitario que huye de la precariedad laboral

27 mayo 2021 12:00 | Actualizado a 27 mayo 2021 12:31
Se lee en minutos
Para guardar el artículo tienes que navegar logueado/a. Puedes iniciar sesión en este enlace.
Comparte en:

«En Noruega, los enfermeros no sólo somos enfermeros, sino también personas con nuestros derechos, días libres y mucha facilidad para la conciliación familiar». Blanca Giró se desvinculó en septiembre de 2020 del Hospital Sant Joan de Reus, donde había trabajado los últimos nueve años, como enfermera y auxiliar de enfermería. En enero de este año llegaba a Noruega para iniciar una nueva etapa laboral. La suya es una de las 190 bajas que, según calcula el Col·legi d’Infermeres i Infermers de Barcelona, se producen cada año en Catalunya desde 2011.

En cuanto a médicos se refiere, la fuga de talento al extranjero también es una constante desde hace una década. El Consejo General de Médicos cifra en más de 20.000 los facultativos que desde 2011 han hecho las maletas para irse a trabajar fuera de España. Estas ‘huidas’, en la mayoría de los casos, están justificadas por el anhelo de conseguir unas condiciones laborales mejores que las que les ofrecen en España.

Por lo que respecta a los médicos, y según el Col·legi de Metges de Tarragona, en los últimos 10 años se han solicitado en la provincia 414 certificados de idoneidad, una documentación que los médicos piden para poder ir a trabajar al extranjero con todo en regla. No obstante, Manuel Carasol, secretario del Col·legi de Metges de Tarragona, aclara que «este certificado no sólo se usa para ir a trabajar al extranjero, sino que también lo piden médicos cooperantes, para permisos de trabajo, o para homologar títulos. Calculamos que, de los 30 que se pidieron el año pasado en Tarragona, una veintena fueron para irse a trabajar al extranjero». Para Carasol «estamos ante un problema serio, que además se agravará en los próximos años por el número de jubilaciones que se esperan. Se calcula que en 10 años habrán las mismas jubilaciones que residentes nuevos que salgan y si muchos de estos residentes se van al extranjero, entonces faltarán médicos. Será un problema, sobre todo en atención primaria».

El secretario del Col·legi de Metges de Tarragona tiene muy claro que los motivos de esta fuga de médicos hay que buscarlos en «causas laborales, precariedad y las condiciones retributivas en Catalunya, con diferencias salariales con incluso algunas comunidades autónomas colindantes. Es un problema que la pandemia ha visibilizado más porque ha tenido que contratar a médicos por las bajas que se han producido por la Covid y potenciar servicios que estaban infravalorados».

Carasol recuerda que «ha sido una reclamación histórica tener un marco laboral propio, un convenio médico que regularice las condiciones laborales y no estar sujetos a un convenio del sector en el que nunca se atienden nuestras reclamaciones delante de sindicatos de clase que no nos representan. Ha sido y es un reclamo que el sindicato Metges de Catalunya ha liderado pero nunca ha existido voluntad real de afrontarlo».

Poco reconocimiento

Blanca Giró enumera algunos de estos motivos que la llevaron a emigrar a Noruega. «El estrés laboral, la sensación de que no se valora tu trabajo, las quejas continuas, el poco reconocimiento por parte de pacientes, familias, supervisores o jefes. Por no hablar de la inestabilidad laboral, el no poder organizarte o la no conciliación familiar si no tienes plaza». Por contra, «en Noruega, desde el primer día tengo los mismos derechos que mis compañeros que trabajan aquí desde hace años».

Lluïsa Brull, presidenta del Col·legi d’Infermeres i Infermers de Tarragona, no dispone de los datos de colegiados de la provincia que en los últimos años se han ido al extranjero, pero tiene claro «que han sido muchos. Aunque ha habido intentos del Departament de Salut de que vuelvan, no ha vuelto nadie». Brull tiene muy claro que «la precariedad y la temporalidad laboral» han sido determinantes para esta fuga de enfermeras. Y, aunque durante la pandemia se ha cogido a mucha gente, «el problema es saber qué pasará cuando pase la pandemia. Ahora se rifan a las enfermeras y les hacen contratos más largos, pero, ¿y después?».

Para María Jiménez, decana de la Facultad de Enfermería de la URV, «el problema actual es que, aunque hay mucho trabajo (prácticamente todos los que acaban la carrera ese mismo verano ya están trabajando), estamos hablando de contratos de días o fines de semanas, jornadas partidas, etc. Son contratos que no ofrecen estabilidad a unos profesionales que, aunque tengan un salario, acaban muy quemados».

Jiménez remarca también que «la pandemia ha desbordado nuestro sistema sanitario y, en el caso de enfermería, se ha contratado a estudiantes de cuarto curso». Faltan enfermeros y enfermeras en España, donde la ratio está en 5,3 profesionales por cada 1.000 habitantes, muy lejos de los 8,5 de media que hay en Europa. «Los estudios dicen que si se sube la ratio baja la mortalidad. Por eso, el Gobierno está trabajando sobre una orden ministerial para aumentar el número de enfermeras», dice.

Comentarios
Multimedia Diari