«Desde que nació, mi hijo tiene una lesión medular que le comporta una afectación física y le obliga a ir en silla de ruedas eléctrica; a medida que fue haciéndose mayor, nos dábamos cuenta de que en Tarragona no había actividades extraescolares que pudiera practicar: las niñas y los niños de su edad iban a hockey, a danza, a fútbol... y él iba a la fisio», cuenta Amelia Gironés, la madre de Nikolai, de siete años.
Un día, en el marco de unas jornadas de deporte adaptado que la Federació Esportiva Catalana de Persones amb Lesió Cerebral (FECPC) celebra en la ciudad con carácter anual, conoció a un equipo de Barcelona de powerchair football.
Es un deporte que llegó a España hace una década: similar al fútbol sala en algunos aspectos, pero adaptado para las personas con diversidad funcional que utilizan silla de ruedas eléctrica.
«Descubrimos a un club de Barcelona y pensamos que había que montar algo así en Tarragona», Amelia Gironés, madre de Nikolai
Son cuatro jugadores por lado. Consta de dos partes de veinte minutos con un descanso de diez: «Cuando lo descubrimos, pensamos ‘esto hay que montarlo en Tarragona’, ya que Nikolai probó y le encantó», recuerda esta madre coraje.
Para más información y para inscribirse en el equipo, escribir a futsal@gimnasticdetarragona.cat
El siguiente paso fue «ir picando puertas»: había la opción de hacerlo a través de una asociación, pero, ahora hace un año, Gironés, su marido y el padre de Nikolai, Yuri Piskunov, su cuñado, Pere Piskunov –entrenador y segundo entrenador respectivamente– y Charo Gómez, una madre que participó también en la iniciativa desde el principio, decidieron ir a hablar con el Gimnàstic de Tarragona para presentarla: «Nos recibieron con los brazos abiertos y nos dijeron que estaban muy interesados y que iba mucho en la línea de la filosofía del club».
La voluntad ahora es la de que más personas se unan a la iniciativa para que esta pueda crecer
El directivo del Nàstic y responsable de la sección de fútbol sala, Enric Batista, indica que «hay que estar al lado de este tipo de proyectos inclusivos». «Cuando se nos presentó esta oportunidad, les abrimos las puertas de casa y les acompañamos y asesoramos en el gran trabajo que están haciendo».
«El hecho de formar parte de un equipo le ha cambiado hasta el carácter a mi hijo», Amelia Gironés, madre de Nikolai
Por otro lado, el Ayuntamiento de la ciudad facilitó las infraestructuras de hierro que se colocan en las sillas de ruedas de todos los jugadores del equipo y habilitó los horarios para que el grupo entrenara los lunes a las 17.30 horas en la Anella Mediterrània. Así nació el Nàstic Powechair Tarragona.
En el mes de septiembre del pasado año, Gironés y Gómez organizaron una campaña de micromecenazgo con la que recaudaron fondos suficientes para poder pagar todas las inscripciones de los torneos disputados.
El equipo es mixto y está formado por ocho integrantes de un mínimo de siete años de edad. De hecho, el pequeño Nikolai y un jugador de Barcelona son los más jóvenes de todo el Estado: «Cuando hemos ido a torneos, nos hemos dado cuenta de que la media de nuestra plantilla es de las más jóvenes de todas», reconoce Amelia.
«Hay que estar al lado de estos proyectos inclusivos, ese debe ser nuestro patrón», Enric Batista, directivo del Nàstic y responsable de la sección de fútbol sala
Como hay pocos equipos en España, la dinámica de la competición es la de juntarse un fin de semana y jugar un torneo en algún punto del Estado. El Nàstic disputa la Liga Desarrollo, que cuenta con tres equipos más que también han empezado este año. Se jugaron unos partidos de ida en Barcelona y la vuelta se jugará en mayo en Valencia.
Por encima, está la Liga de la Asociación de Clubes de Powerchair Football España (ACPFE), la entidad que arropa ambas competiciones y la Copa España. En esta línea, la Federació Catalana está organizando una Copa Catalunya entre el Nàstic Powechair Tarragona y el Barcelona Powerchair. Se jugaría un partido en Barcelona y otro en Tarragona a principios del mes de mayo.
La voluntad ahora es la de que más personas se unan a la iniciativa para que pueda hacerse más grande y difundir así la ilusión que provoca este deporte y la cohesión social que genera.
