Preocupación y también mucha alarma ciudadana es lo que provocó la densa columna de humo negro –acompañada de dos llamaradas– que durante más de horas ensombreció una parte del Camp de Tarragona y fue perceptible incluso desde Barcelona. El origen fue un incidente en la planta de cracker de Repsol –de producción principalmente de etileno y en menor medida de propileno– y que también afectó a la de Dow Chemical. Ello provocó el desvío de gases a las dos antorchas. Además, debido a la falta de vapor, la combustión desprendió gran cantidad de humo negro.
Las mediciones en las estaciones que controlan la contaminación no dieron niveles por encima de los parámetros establecidos, según Protecció Civil, que durante la jornada recibió casi doscientas llamadas de ciudadanos que, preocupados, preguntaban qué pasaba.