«Siguen viniendo muchas personas de Ucrania, sobre todo ahora que ha llegado el invierno y hace más frío», reconoce Zoryana Lyashenko, presidenta de la asociación de Ucranianos en Tarragona y figura clave en vertebrar toda la respuesta solidaria desde aquí. Las cifras de empadronamiento del INE muestran un incremento de la llegada de ucranianos a la provincia después del verano, cuando la diáspora de ciudadanos se atenuó.
De febrero a octubre, han venido unos 2.500 ciudadanos de ese país, los mismos que habían llegado en los 17 años anteriores. Casi la mitad vino en marzo, solo un mes después del inicio de la invasión rusa. Llegaron casi 1.000 personas –muchas por su cuenta o también gracias a ciudadanos que acudieron a su rescate en las fronteras–, pero el número decreció a partir de esa primera oleada. La Creu Roja da apoyo a estos perfiles.
Los empadronamientos bajaron en julio (101) y en agosto (93) pero volvieron a repuntar en otoño. Durante el mes de septiembre recalaron 260 refugiados y en octubre la cifra fue menor, de 160, pero reveladora de que el flujo no se ha detenido durante este 2022. Eso sí, hay que tener en cuenta que muchos han vuelto a su lugar de origen. «Ha habido bastantes personas que han regresado a casa cuando la situación ha mejorado en su zona», expone Lyashenko.
«No es fácil salir adelante»
La respuesta solidaria ha sido clave pero la integración no está resultando fácil. «Estamos muy agradecidos por todo, pero nos encontramos con que no es sencillo salir adelante. No es fácil encontrar un trabajo que te permita pagar un alquiler, tal y como están los precios, y poder valerte por ti mismo», reconoce la representante del colectivo.
Han venido familias enteras, desde personas mayores a niños pequeños. Prácticamente no han podido salir hombres, que en algunos casos se han quedado alistados para ayudar de una u otra forma en la defensa del territorio frente a Rusia. Todo ello se ha reflejado también en los centros educativos. En abril había 437 niños o jóvenes escolarizados en la provincia. A finales de octubre había 1.098, más del doble.
