La Llei de Barris, ahora recuperada como Pla de Barris por el President Salvador Illa (PSC), va mucho más allá de lo inicialmente previsto en los planes necesarios para llevar a cabo las intervenciones integrales en las zonas más degradadas de Catalunya.
Así se pone de manifiesto en los informes finales de las acciones que se ejecutaron entre 2005 y 2017 en la ciudad de Tarragona: Campclar y Part Alta. En sus memorias se destaca que, más allá del 100% que se ejecutó en la zona de Ponent y el 54% del Casc Antic, la puesta en marcha de las mejoras ejercieron como «polos de atracción» de inyecciones económicas en paralelo en esos dos barrios, tanto en gasto público como privado, según destaca el gerente del Servei Municipal de l’Habitatge i Actuaciones Urbanes (Smhausa), Jordi Dies.
Se trata de la «inversión inducida», especialmente significativa en Campclar. Allí, pese a que la Llei de Barris estaba cifrada en 15 millones de euros –que se ejecutaron en su totalidad–, el análisis final cifra en 36 el gasto final entre 2005 y 2012, con una inversión inducida de 21 millones de euros.
Por lo que se refiere a la Part Alta, el plan era de 12,1 millones, de los cuales se gastaron unos 6,6. Pese a ello, la inversión inducida fue de unos diez millones de euros adicionales, por lo que la apuesta total en el Casc Antic entre 2007 y 2017 fue de 16 millones. Con todo ello, los 27 millones previstos inicialmente entre Campclar (15) y Part Alta (12) fueron al final casi el doble (52), con 36 para Ponent y 16 en la Part Alta.
Campclar: Mossos y la N-340
«Cuando logras un plan de barrio, este arrastra y ejerce como polo de atracción de acciones que o bien no se hubieran hecho o que se aceleran por la mejora general del entorno», indica el concejal de Territori y presidente de Smhausa, Nacho García (PSC).
Así, en Campclar, de forma paralela a la Llei de Barris, se llevaron a cabe tres grandes acciones que complementaron la reforma del Pla Integral de Campclar (PIC). La principal fue la comisaría de los Mossos d’Esquadra, que se inauguró en 2011 tras una inversión de la Generalitat de 12,1 millones de euros. Asimismo, en 2009 se urbanizó el vial de servicio de la N-340, instalando nuevo alumbrado, un carril bici con ampliación de la acera, renovando toda la infraestructura de servicio con una inyección de 2,8 millones de euros del Gobierno Central. Finalmente, el Govern también construyó el nuevo Centre Cívic, con una apuesta de 1,9 millones. Todo ello, sin contar la inversión posterior que experimentó el Anillo Mediterráneo, por valor de 37,5 millones de euros.
Part Alta: el Seminari
Paralelamente, en la Part Alta –pese a ejecutarse solo la mitad de lo previsto– la inversión inducida también fue clave. Así, la principal acción paralela fue la reforma del Seminari por parte del Arquebisbat de Tarragona, así como de la biblioteca del centro. Las actuaciones se iniciaron en 2011, finalizaron en 2012 y supusieron una inversión global de más de ocho millones de euros.
En el Casc Antic, las ayudas para la mejora de fachadas, cubiertas, ascensores o canalizaciones de agua supusieron una inversión privada de más de un millón de euros, ya que la subvención pública era del 50% de la intervención, añadiendo la otra mitad las comunidades de propietarios. La inversión inducida compensó, de esta manera, la gran cruz de la Llei de Barris en la Part Alta: un Ca l’Agapito que ni está ni se le espera.