La trasformación en Tarragona es necesaria y pasará por Ponent y Horta Gran

Tercera ruta participativa para debatir el futuro del POUM y de la ciudad, que se centró en el sector oeste y en el nuevo paradigma de movilidad que traerá el tranvía. La participación, algo menor que anteriormente, fue de 20 personas

12 febrero 2023 12:08 | Actualizado a 12 febrero 2023 12:11
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Tercer sábado que el futuro de la ciudad nos estaba esperando para que lo repensáramos. Parece que la ciudad de los próximos veinte y treinta años todavía está por venir y está muy lejos, pero lo cierto es que sus bases se están cimentando hoy.

¿Cómo será la Tarragona de la década de 2040? Veinte vecinos y vecinas (menos que en la segunda edición del programa) participaron ayer por la mañana en la tercera y última ruta participativa y trataron de responder esta pregunta.

Esto, dentro de la fase de participación del Pla d’Ordenació Urbanística Municipal de Tarragona (POUM) que quiere trazar las líneas maestras de la ciudad del futuro. Ayer especialmente las que tenían que ver con el sector oeste y la visión de un nuevo paradigma de movilidad en la ciudad.

El skatepark del carrer del Riu Onyar, en el barrio de Campclar, sirvió de punto de partida para la ruta comentada. Muchas caras nuevas, vecinas de los barrios de Ponent que querían aportar su punto de vista a la hora de repensar la ciudad, y otras caras recurrentes que aprovechan cualquier oportunidad para contribuir con sus opiniones. Uno de ellos llegaba, «por facilidad», con la bicicleta eléctrica por el carril bici de Ponent, una bici que le acompañó a lo largo de las tres horas: interesante para conocer alguno de los perfiles de los participantes en la actividad.

A diferencia de la segunda ruta participativa, ayer hubo poco debate a lo largo de los casi cuatro kilómetros y medio, aunque muchas más preguntas y dudas, lo que demuestra también el interés que suscitan muchas de las aportaciones.

La Ruta empezó bordeando la carretera nacional N-340 y cambiando el rumbo debido al tráfico, un hecho que se repetía de la anterior actividad: la ciudad no está preparada para la movilidad a pie, constataba alguno de los participantes. Y primera parada en la plaza Federico García Lorca de Torreforta para tratar los conceptos de los ejes vitales y el tranvía.

El técnico de la oficina del POUM explica la propuesta del plan y los dinamizadores abren el turno de debate explicando cómo se deben rellenar los folletos repartidos con respuestas anónimas. Estas respuestas servirán para conseguir una imagen de las diferentes opiniones de los casi cincuenta participantes en las rutas participativas.

El objetivo del nuevo POUM es reducir el tráfico de coches y, especialmente, de camiones y transformar las vías de entrada a la ciudad para hacerlas «más estratégicas», al estilo de «una ronda» barcelonesa. «Con esto, la ciudad estaría en condiciones de reordenar las calles» y hacerlas más transitables para los peatones, algo que despierta opiniones distintas en los asistentes, sobre todo si podrán seguir usando su vehículo personal y dudando de si eso provocará una disminución de los coches en la ciudad. «Estoy de acuerdo en quitarle espacio al coche, pero eso tendría que significar no dárselo en otra parte», reclama un participante.

El segundo punto, el tranvía (que iría paralelo a la N-340 y le quitaría espacio) genera dudas debido a la lejanía de la propuesta, ya que en el mejor de los casos, la primera fase Tarragona-Cambrils estaría lista en ocho años. Por otra parte, el escepticismo de una vecina: «Ahora mismo veo el tranvía como un sueño». La respuesta es clara y tajante: las vías de entrada y salida, la movilidad urbana y el transporte cambiarán: «La transformación es necesaria», resolvió el técnico de la oficina del POUM.

La ruta sigue hasta llegar al polígono Francolí, que ahora mismo tiene proyectada una renovación total que aparte las fábricas y almacenes y lo convierta en una urbanización habitable, con servicios y espacios verdes como un punto de nueva centralidad de Tarragona. Un punto clave para repensar el tejido, las dinámicas y el crecimiento urbano. Una vecina aprovecha para recordar la presencia de las chabolas junto a la nacional: «Estoy de acuerdo con todas las propuestas pero aquí vive gente con necesidades, creo que tendrían que ser la prioridad antes de pensar en otras cosas».

La ruta, que ya se ha desviado de la proyección inicial entre los terrenos de Horta Gran, continúa paralela al río Francolí sin cruzarlo y llega a la urbanización posterior a los barrios de Riu Clar i L’Albada a través de unos caminos de tierra.

Último discurso del técnico del POUM explicando y preguntando sobre los usos futuros de todo este suelo, que seguiría dedicado a la agricultura.

Al fin, una tercera ruta que cierra la parte más participativa y activa de esta fase del POUM, con talleres en los distintos barrios de la ciudad. Se ha dado la oportunidad de participar y de aportar todos los puntos de vista, todo aquél que ha querido ha podido decir la suya como parte de la responsabilidad compartida de ser ciudadano.

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