Los pescadores del cerco de Tarragona, más conocidos como los de la llum, amplían su veda quince días más de lo habitual. El objetivo es preservar el mar y sus especies, siguiendo las directrices europeas. Por norma general, el sector amarra las barcas los meses de enero y febrero. Este año, concretamente, iniciaron la parada biológica el día 20 de diciembre y acabaron el 20 de febrero. No hace ni un mes que volvieron a faenar y, en unos días, el próximo 1 de abril, vuelven a parar, hasta la noche del día 16 de abril. Se trata de una medida excepcional, que se lleva a cabo este año por primera vez. Una especie de prueba piloto.
El Estado ofreció al colectivo alargar la veda este año, un plazo máximo de un mes. Y es que cabe recordar que los armadores, cuando amarran sus barcas, tienen derecho a una ayuda económica. Por norma general llega tarde, pero les permite hacer frente a los gastos ocasionados durante estos días que no hay actividad.
El sector del cerco decidió, a través de una votación, alargar la veda 15 días y hacerlo a principios de abril. El motivo es doble. Por un lado, y principal, para garantizar la regeneración de las especies del cerco, como son la sardina y el boquerón. Además, el colectivo ha decidido parar en abril porque es la época del año donde suele aparecer el ‘brom’, una especie marina que forma parte del plancton y que dificulta la pesca, sobretodo la de la llum.
El ‘brom’ –así lo llaman los pescadores de El Serrallo– es también conocido como salpas y son de la familia de tunicados. Tienen forma de barril y, cuando están vivos, son transparentes, gelatinosos y se encuentran cerca de la superficie. En cambio, cuando mueren, se desplazan hacía el fondo marino, convirtiéndose en una masa, con una textura parecida al pelo.
El ‘brom’ dificulta el trabajo de los pescadores por dos motivos. Primero, porque, al ser gelatinoso, se engancha en las mallas y no deja filtrar. En segundo lugar, porque daña la piel del pescado, lo que le hace perder calidad.
Por todo ello, los pescadores del cerco han decidido que era un buen momento para amarrar las embarcaciones, con la esperanza de que, al volver, el próximo 16 de abril, el ‘brom’ ya haya desaparecido.
La temporada empieza irregular
«En Tarragona, siempre hemos sido pioneros en aplicar medidas para conservar el mar. Incluso sin que nadie nos obligue, lo hacemos porque nos importa, porque es nuestra fuente de ingresos», explica Josep Miquel Budesca, armador de la barca Ebenista Primer, quien se muestra convencido de que este parón irá bien para la temporada.
Por su lado, Oscar Rillo, armador de L’Avi Juanito y presidente de la Organització de Productors de Peix Blau de Tarragona-Catalunya Sur, asegura que la temporada ha empezado «de manera irregular». Rillo explica que «ha habido de todo. Días muy bien y otros que no tanto», y añade que «además, nos hemos encontrado con muchos delfines estos últimos días.