Piden 21 años por abusar de su sobrina y de dos hijastras

Los hechos se fueron sucediendo durante siete años, cuando las víctimas eran menores de edad

31 octubre 2017 08:26 | Actualizado a 02 noviembre 2017 13:57
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Un hombre acusado de haber abusado sexualmente de su sobrina y de dos hijastras –todas ellas menores de 13 años– se va a sentar los próximos 23 y 24 de noviembre en el banquillo de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Tarragona. El fiscal pide para el procesado 21 años de prisión, además de órdenes de alejamiento. En concepto de responsabilidad civil se solicita el pago de 20.000 euros en total por los daños morales. 

El escrito de acusación de la Fiscalía apunta a que el acusado, entre los años 2003 y 2010, mantuvo varios contactos de tipo sexual con su sobrina y dos hijas de dos exparejas. Los hechos se producían habitualmente en la masía del acusado, cuando las menores, en compañía de otros hermanos y parientes menores de edad, acudían a jugar o a dormir. El acusado utilizaba siempre una manta –independientemente de la época del año–, con la que tapaba a las menores cuando se colocaba encima o al lado, de modo que nadie pudiera ver lo que hacía. De esta forma realizaba tocamientos y otras prácticas sexuales en las partes íntimas de las menores

Estos hechos se producían siempre que las víctimas iban a casa del acusado. Si en el lugar estaban otros menores, el acusado les decía que se fueran a jugar a otro sitio para quedarse a solas con las niñas. Por la noche se tumbaba en la cama de las menores. Cuando éstas se iban a duchar, les decía que no cerraran la puerta con el pestillo, para así poder entrar él y verlas desnudas. En alguna ocasión incluso se llegó a duchar con ellas. También utilizaba un aparato con vibración para hacer masajes.

Con una de las menores comenzó a mantener relaciones sexuales –que se prolongaron durante siete años– cuando ella sólo tenía seis años. Ella siempre dormía del lado de la pared y se ponía la sábana bien colocada y el pijama con dos nudos a propósito por miedo al acusado. 

Dos de las menores presentan secuelas psicológicas. Una de ellas incluso debe medicarse por los ataques de ansiedad.

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