La industria química, vital para el territorio, afronta un momento clave como es el de la transición energética y la descarbonización, que va acompañado de inversiones millonarias. El sector tiene varias peticiones al próximo ejecutivo. «Soy optimista, y hay muchas empresas que quieren invertir en Tarragona, pero es imprescindible que tengan seguridad jurídica para poder desarrollar proyectos en el país, así como un entorno legislativo favorable», reivindica Ignasi Cañagueral, presidente de la Associació Empresarial Química de Tarragona (AEQT).
El representante de la industria lamenta que «los fondos Next Generation EU están llegando lentamente, con poca probabilidad de éxito» y a partir de ahí Europa puede verse con problemas para seguir siendo competitiva. «Compitiendo en un mercado global, lo que más preocupa es la competencia de Estados Unidos desde que sacaron la ley IRA (Inflation Reduction Act) para ayudar a su industria de una forma diferente a como se hace aquí, donde tenemos legislación sobre legislación», apunta Cañagueral.
La directora de la AEQT, Maria Mas, ha remarcado esta semana, en unas jornadas sobre hidrógeno en Tarragona, la necesidad de «garantizar seguridad jurídica para continuar descarbonizando la actividad del sector. La AEQT tiene previsto multiplicar por tres el consumo eléctrico anual en 2030 y por seis en 2050. Sin una normativa clara que evite regulaciones diferenciales no seremos competitivos».
También Repsol se ha sumado recientemente a la reclamación. Ante el escenario de que el impuesto extraordinario sobre la banca y las energéticas se vuelva permanente, la compañía ha pedido ha pedido seguridad jurídica y un marco fiscal y regulatorio estable y previsible para materializar aquí sus proyectos. A eso se añade la necesidad de más renovables, de las que hay déficit en Catalunya, y son necesarias para la descarbonización.
