El Ayuntamiento de Tarragona trabaja para poder reabrir el próximo lunes, de manera parcial, la Oficina Municipal d’Atenció Ciutadana (OMAC). Las dependencias para realizar trámites administrativos de manera presencial están cerradas al público desde el pasado 17 de marzo, a raíz de la entrada en vigor de las medidas de confinamiento por el decreto del Estado de alarma del Gobierno Central por la crisis sanitaria del coronavirus. De hecho, la clausura de las oficinas municipales de la Rambla Nova fue una de las primeras medidas que tomó el Consistorio, hace ya 56 días, después de que los plazos administrativos quedaran suspendidos.
La vuelta a la (nueva) normalidad se está ejecutando «de manera conservadora», según indican las fuentes consultadas, las cuales resaltan que, hasta la fecha, se ha aprobado un plan global de desconfinamiento global pero que, en las próximas semanas, se irán diseñando planificaciones por departamentos para concretar la vuelta a las dependencias municipales «con las máximas garantías». La pasada semana, el concejal de Serveis Centrals –Jordi Fortuny (ERC)– ya manifestó que «como norma general, la reanudación de la actividad se guiará con el objetivo de minimizar el riesgo. Por lo tanto, la reincorporación a la normalidad de aquellas actividades que conlleven riesgo de multitud se producirá en último lugar y se evitarán las actividades que impliquen aglomeraciones de personas».
La ciudad de mayor tamaño
El desconfinamiento general de las actividades municipales se inició hace ya algunos días, tras superar la fase más dura de los dos últimos meses de paralización general por el coronavirus. El lunes día 4 se retomaron las obras municipales, el martes día 5 se descongeló el cargo de los tributos fraccionados y, desde ayer, los vehículos de la Empresa Municipal de Transports (EMT) ya vuelven a circular, ni que sea aún en horario de los sábados (con menos frecuencias). Ahora, sin embargo, Tarragona se ha convertido en la ciudad catalana de mayor tamaño que ha entrado en la fase 1 del desconfinamiento, según recordó ayer el alcalde de Tarragona, Pau Ricomà (ERC) en Catalunya Ràdio. Por ello, con la reapertura de terrazas al 50%, la vuelta de negocios de menos de 400 metros cuadrados y una descongelación de la actividad económica general, ahora la siguiente fase que se plantea el gobierno municipal es el regreso de los empleados públicos de servicios esenciales a sus puestos de trabajo, como son los de la OMAC.
Para ello, y siempre teniendo en cuenta los datos de contagios y mortalidad, el Ayuntamiento ultimo el retorno de parte de sus interinos y funcionarios a la Rambla Nova cuando pueda garantizar que todos ellos cuenten con los Equipos de Protección Individual (EPIs) que la corporación local compró a una empresa de China hace ya un mes, y que deben llegar esta semana. Desde la puesta en marcha del Estado de alarma, la inversión del Consistorio en material sanitario ha sido de más de 150.000 euros, especialmente en mascarillas, guantes y gafas protectoras.
A lo largo de estos dos meses, el Ayuntamiento ha tenido más de 700 empleados teletrabajando online, en una apuesta que ha requerido una inversión de 40.000 euros para asegurar todos los equipos y las licencias necesarias. Tras unos primeros días de dudas, durante las últimas semanas el funcionamiento de la estructura municipal ha sido el normal «gracias a la espectacular respuesta y a un altísimo sentido de la responsabilidad por parte de los trabajadores», según señaló recientemente el propio alcalde. Hasta la fecha, el primer servicio dependiente del Consistorio que ha vuelto a sus dependencias es Tarragona Ràdio.
El proyecto para reanudar la actividad municipal especifica que para conseguir un desconfinamento «exitoso» se debe partir de diferentes medidas, como son el distanciamiento social; identificar casos, contactos y su aislamiento; reducir la movilidad y potenciar al máximo posible el teletrabajo. «La reapertura será escalonada y se comunicará puntualmente según la evolución de las fases de desconfinamento. Trabajamos para que cuando esto sea posible todo esté en condiciones de seguridad y salubridad, tanto para el personal como para los usuarios», indicó hace días Jordi Fortuny.