Una Diada con aforo reducido y vistas a una crisis institucional

El virus obliga a actos sin multitudes en vísperas de la inhabilitación de Torra. En Tarragona y seis poblaciones más hay movilización en la Subdelegación, Hacienda y otras sedes estatales

11 septiembre 2020 06:57 | Actualizado a 11 septiembre 2020 07:06
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La pandemia va a obligar a reformular la Diada del 11 de septiembre, en la que por primera vez desde 2012 no habrá manifestaciones multitudinarias en la calle, con un independentismo dividido en vísperas de una crisis institucional si se confirma la inhabilitación del president Quim Torra. Estas son las claves de una nueva Diada marcada por la incertidumbre política: 

Movilizaciones con limitaciones

Hubo debate sobre si este año, dadas las circunstancias, la ANC debía convocar una movilización –con las limitaciones que fueran necesarias– o era preferible no congregar a gente en la calle y celebrar una Diada atípica desde casa, a pocos días de un inicio de curso escolar lleno de interrogantes. Finalmente se impuso el criterio de mantener las movilizaciones, aunque de manera descentralizada por toda Catalunya, con limitaciones de aforo, inscripciones previas y medidas de seguridad sanitarias para reducir el riesgo de contagios.

La ANC ha convocado 107 movilizaciones en 82 municipios, con un aforo total de 48.000 personas, lo que ha llevado a Ciudadanos a alertar del «peligro» para la salud que eso implica y a pedir a Torra que desaconseje la asistencia a estas convocatorias. El Govern, por primera vez, no asistirá a las movilizaciones de la ANC, dada la situación sanitaria, y Torra se limitará a celebrar la tradicional ofrenda al monumento a Rafael Casanova en Barcelona, en la que no habrá, excepcionalmente, ni guardia de honor ni banda de música.

Cita ante edificios del Estado

La ANC ha elegido como puntos de concentración para la Diada edificios del Estado, como tesorerías de la Seguridad Social, estaciones de Renfe, juzgados, oficinas del Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE) o delegaciones de Hacienda. En Tarragona, esta tarde habrá protestas estáticas en el tramo de la Rambla Nova entre la Subdelegación del Gobierno y la Delegación de Economía y Hacienda. Un total de siete municipios tarraconenses acogerán la movilización impulsada por la ANC delante de sedes estatales. Además de Tarragona, son Reus, Cambrils, Valls, Tortosa y Sant Carles de la Ràpita. 

En la provincia se mantienen las ofrendas florales institucionaels de muchos municipios, aunque otros han optado por cancelar todo tipo de actos. 

El acto político central tendrá lugar a las 17 horas en la plaza Letamendi de Barcelona, emplazamiento de la sede de Hacienda, con un aforo de 200 personas con dos metros de separación. Al no poder congregar a grandes multitudes en la calle, la ANC anima a los catalanes a salir a sus balcones a las 17.14 horas a festejar la Diada. Òmnium Cultural prepara una acción reivindicativa junto al Arco del Triunfo para denunciar la «represión» sobre el independentismo, mientras que la CUP convertirá su habitual manifestación por la tarde en una movilización «estática» en el paseo Lluís Companys.

Pendientes de los tribunales

El 17 de septiembre, el Tribunal Supremo celebrará la vista sobre el recurso de Quim Torra contra su condena de año y medio de inhabilitación por haber desobedecido la orden de la Junta Electoral Central de retirar del balcón del Palau de la Generalitat en período electoral una pancarta en favor de los presos independentistas.

Además, el Tribunal Superior de Justicia de Catalunya ha fijado para el 23 de septiembre la comparecencia de Torra como investigado por desobediencia, en una segunda causa, por mantener en el Palau de la Generalitat una pancarta con un lazo amarillo a favor los presos.

La posible inhabilitación de Torra activaría un proceso que podría terminar con una nueva investidura o bien con un adelanto electoral.

División en el independentismo

Hace años que el independentismo llega dividido a la Diada, aunque esta vez la brecha es especialmente visible y a menudo la hostilidad entre JxCat y ERC se manifiesta ya sin tapujos públicamente.

Torra dio por rota la unidad a principios de año, cuando el presidente del Parlament, Roger Torrent, acató la decisión judicial de retirarle la condición de diputado.
Ahora mismo, el principal punto de fricción entre ambos socios de gobierno es la respuesta a la posible inhabilitación de Torra: ERC reclama pactar la estrategia, pero JxCat alega que la decisión debe tomarla exclusivamente el president.

El interrogante electoral

La legislatura teóricamente termina en diciembre de 2021, pero el pasado mes de enero, tras el enésimo choque con ERC, Torra dio por finiquitada la legislatura y anunció que tras la aprobación de los presupuestos de la Generalitat para 2020 convocaría elecciones, un compromiso que decayó al estallar la pandemia de la Covid-19.
Torra barajó convocar elecciones para octubre, antes de poder ser inhabilitado, pero la firma del decreto de convocatoria –54 días antes de la cita con las urnas– no se ha producido en agosto y con la remodelación de gobierno de la semana pasada –sustituyó a tres consellers de JxCat– la perspectiva electoral parece alejarse.
Si Torra no convoca y es inhabilitado, se pondrán en marcha automáticamente los mecanismos para que el Parlament invista a un nuevo presidente de la Generalitat, una carta que podría jugar JxCat, aunque el propio Torra ya ha pedido descartarla.

Aragonès se prepara para asumir el mando

Mientras no fuese investido un sustituto de Torra en la presidencia, ejercería provisionalmente sus funciones el vicepresidente del Govern, en este caso Pere Aragonès, y si no hubiese investidura serían convocadas automáticamente nuevas elecciones, que –dependiendo de la fecha en que se formalizase la inhabilitación– podrían celebrarse en los primeros meses de 2021.

El viernes de la semana pasada, el propio Aragonès alertó de que si el Govern queda en funciones, tras una inhabilitación de Torra, no se podrán aprobar los presupuestos, puesto que no tendría las atribuciones para impulsar nuevos proyectos de ley.
Aragonès, que es coordinador nacional de ERC y está llamado a ser el próximo candidato de su partido a la Generalitat, tendría que convivir unos meses con JxCat en un Govern en funciones, en medio de un cada vez más tenso pulso entre socios independentistas.

Una tensión que podría ser mayor si JxCat acepta la propuesta de la CUP: que Torra, si es inhabilitado, ejerza la presidencia en la sombra, dando instrucciones –a Aragonès– de manera informal, sin firmar él los documentos oficiales. 

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