Hace varios días que las redes sociales se llenan de imágenes de diferentes vecinos que denuncian el mal estado de la limpieza en diferentes calles de Tarragona. Esta es, por desgracia, una imagen común, que se intensifica en verano, ya que la ciudad multiplica su población durante los meses estivales. Por este motivo hemos decidido hablar con diferentes representantes vecinales para que nos detallen de primera mano cual es el estado de los diferentes barrios de la ciudad.
El resultado común de las diferentes entrevistas realizadas es el esperable: «la ciudad está especialmente sucia». Los adjetivos «lamentable» y «desagradable» son habituales entre los vecinos, que centran sus quejas en la mala gestión de la recogida de basuras, que produce malos olores intensos con la llegada del calor, y la falta de limpieza de excrementos de paloma o de caídas de hojas, que ocupan todo el suelo.
Problemas del verano
Para muchos, más allá de la gestión del servicio, «hay un claro problema de incivismo», aunque algunos apuntan a que «el mal estado de las calles hace que la gente se comporte aún peor». Hay representantes vecinales que consideran que la solución para acabar con las actitudes incívicas es «aumentar las multas y la presencia de la Guàrdia Urbana», otros sin embargo, se muestran más confiados en la sociedad y apuestan por «campañas pedagógicas municipales».
Para Sonia Orts, regidora de limpieza del ayuntamiento, «el incivismo es una causa, pero no la principal».Para reducirlo, Orts apuesta por «aumentar la Guàrdia Urbana de proximidad y crear la figura del sereno», todo sin dejar de lado «la implementación de campañas preventivas».
Josep Maria Bertran (Federació de Veïns de Llevant): El mal estado de las calles hace que la gente se comporte a un peor, suciedad sobre sucio»
Uno de los puntos que más demuestra el mal comportamiento de la ciudadanía es la recogida de voluminosos, los meses de junio y julio son en los que normalmente más cosas se lanzan a la calle. El ayuntamiento tiene disponible el Telefón Verd para gestionar este tipo de residuos. Los testimonios apuntan que «el servicio funciona muy bien, pero muchos lo desconocen» generando habitualmente imágenes de muebles y otros útiles junto a los contenedores.
Las multas por dejar voluminosos oscilan entre los 1.000 y 4.000€, Orts asegura que la detección de estas prácticas es muy rápida cuando se dan dentro de la ciudad».
Francesc García (Asociación de Vecinos de La Mora-Tamarit): La gente que viene al barrio en verano hace lo que le da la gana
Además de intensificar los malos olores y aumentar la población de algunos animales y insectos, durante la época estival la ciudad ve como crece considerablemente su población. Una situación que conocen bien en el barrio de La Mora, «la gente que viene hace lo que le da la gana» afirma el presidente vecinal, quien lamenta que, «en un sitio como este, el trabajo es el mismo en verano que en invierno», pero la población «puede llegar a triplicarse».
Sonia Orts (regidora de limpieza): Se fomentará la presencia de trabajadores en las zonas turísticas y la limpieza por las tardes en verano
Esta reclamación la ha recogido el nuevo gobierno y Orts asegura que «este verano se fomentará la presencia de trabajadores en las zonas turísticas» y «se implementará un repaso de limpieza por las tardes durante los meses estivales».
EPP, UMA y regidores de barrio
Para cualquier situación que preocupe a los vecinos, el ayuntamiento tiene disponible la EPP, un sistema de avisos por teléfono móvil. Sin embargo, muchos usuarios manifiestan que «este no funciona como debería» y emiten quejas sin recibir respuesta. Orts considera que «este es un buen sistema», pero admite que hay cosas a mejorar y apuesta por «el nuevo contrato de la limpieza» para solucionar los problemas existentes.
Con mejor valoración cuenta la Unitat de Medi Ambient (UMA) de la Guàrdia Urbana, en general, se defiende que este es un servicio «rápido y eficaz».
Orts considera que estos dos servicios y otros, como las cámaras de videovigilancia, «forman un buen equipo de control y comunicación», pero considera necesario «mejorar los circuitos comunicativos y hacer llegar mejor las herramientas con los ciudadanos».
En última instancia, muchos de los problemas los han solucionado los representantes vecinales poniéndose en contacto directamente con el ayuntamiento. Es el caso de los vecinos de la Arrabassada, que, después de 15 días sin recibir limpieza, hicieron uso del recién nombrado regidor de barrio, en su caso, Isabel Mascaró. A través de este contacto consiguieron una reunión con el equipo de limpieza que aseguraba «desconocer la situación».
En líneas generales, los vecinos valoran positivamente las herramientas disponibles y reportan que «los problemas graves se acaban solucionando», sin embargo, en el día a día, la sensación global es que «la ciudad esta sucia» y «hace falta un trabajo más intenso, mejorando la recogida y aumentando la limpieza con agua», para acabar con este problema que «parece endémico».