La odisea de dormir cuando el calor aprieta

El calor amenaza el sueño de la mayoría de personas, durante el verano. Por ello, es aconsejable ventilar las viviendas, sobre todo, durante las mañanas, y encargarnos de mantener un ambiente bastante fresco y aireado

19 mayo 2017 18:42 | Actualizado a 21 mayo 2017 17:06
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El verano es una temporada de mucha fatiga y bochorno. El calor y la humedad constituyen dos de los factores condicionantes a la hora del descanso nocturno de los individuos. Tendemos a pensar que esta época del año gira en torno al periodo vacacional, de descanso y relax; sin embargo, no es del todo cierto.

Cuando preguntamos a la gente qué es lo que más le incordia acerca de la temporada estival, la mayor parte coinciden en sus respuestas. Seis de cada 10 remarcan el calor por encima de todo, y 3 de cada 10 insisten en la humedad. Por otro lado, al restante 1 de cada 10, le molesta más el hecho de tener que trabajar por este tiempo, como pasa con Jesús Pérez. Y a otros les ‘mata’ la aglomeración de personas que se deriva a raíz de la llegada masiva de turistas que vienen a veranear por la zona, como sucede con Julián.

El descanso varía en función de la persona. Hay aquellos que no tienen problema alguno para dormir porque cuando se acuestan en la cama, independientemente del calor, humedad, época del año, etc..., duermen de un tirón. Para el resto se complica un poco más el asunto. No consiguen conciliar el sueño como es debido por las noches, principalmente por el calor intenso y sofocante, como nos manifiesta Eva Fenoy. Hay otros que, por salir de fiesta y montarse juergas cada dos por tres por las noches hasta las tantas de la madrugada, les resulta mucho más difícil descansar las horas recomendadas. Esto, al final, puede acabar causando problemas psíquicos, que se ven reflejados en sus actuaciones, aunque también en sus capacidades de reacción y de anticiparse a los movimientos de otras personas.

En cuanto a si padecen insomnio, muy pocos, por no decirlos contados, sufren de esta enfermedad del trastorno del sueño. Es por ello que se automedican, eso sí, aconsejados siempre por un médico experto, y consiguiendo el producto en farmacias, como nos explica Isaías Alcol. Otros casos, unos pocos más, nos relatan que alguna vez han empleado somníferos, que afirman haber utilizado para poder dormir, concretamente durante periodos de estrés laboral, fatiga y cansancio, como apuntan Josep y Lola.

Si hablamos de los métodos para poder dormir con este calor sofocante que ahora mismo tenemos encima, se nos plantean distintas opciones. Entre la variedad de propuestas expuestas por los encuestados, las más pronunciadas y repetidas, con diferencia, son dejar las ventanas y puertas completamente abiertas, y con el ventilador puesto. Incluso, los hay que especifican la intensidad a a la que ponen el aire, así nos lo explican Marcela Pérez y Miriam. Otros duermen, simplemente, con el aire acondicionado enchufado durante toda la noche, como sucede con Cristian Ballesteros.

Cuando se les pregunta con qué tipo de ropa suelen irse a la cama, la mayoría contesta que utilizan prendas ligeras o ropa interior. Así lo expresaban Sissi Nedkova y Eva Fenoy. Y son muy pocos los que, en estos momentos, duermen completamente desnudos, como presume Xavi Tarragó.

Además, ventilar la vivienda, ya sea por la mañana, por la tarde o a cualquier hora del día, se ha convertido en una rutina, un hábito como el de lavarse los dientes, que no pasa ni desapercibido ni al olvido. Todos ellos prefieren airear el interior de sus casas, antes que dejar que todo el calor se concentre en el domicilio, ya que esto puede acabar perjudicando a su propia salud y a la de los suyos. A

A algunos, también, les pasa que se levantan sobresaltados por el sudor en mitad de la madrugada, por lo que, después, les cuesta volver a conciliar el sueño de nuevo, aún intentándolo con ahínco, como nos transmitían Laura Romeu y María Merino. Esta última nos explica cómo en el piso de estudiantes le es más difícil descansar, mientras que en su propia casa duerme «de fábula». Otros optan por salir a la terraza y dormir un poco más frescos, allí afuera, como nos comunica Isaías.

Cuando se trata de estar frescos en verano, cualquier cosa vale. Es por ello que todos prefieren una ducha de agua fría o bien templada para poder activarse y no estar tan abatidos por las altas temperaturas que nos rodean.

En relación a los horarios, no suelen cerrarse a unos parámetros fijos, más bien son dispares. Mientras que 3 de cada 10 mantienen estar cumpliendo las horas de descanso y también aseguran irse a acostar no más tarde de la medianoche, la mayoría afirma irse a la cama, en esta temporada, a las tantas de la madrugada, como Noah Grima. Si hablamos del tiempo que dejan transcurrir entre la cena y la hora de irse a acostar, es de una hora o una hora y media, en la mayoría de casos, y 3 ó 4 horas en situaciones más excepcionales. Aun así, lo óptimo es dejar que pasen entre 2 y 3 horas desde la cena hasta que nos vamos a la cama, requisito que se cumple con Ángeles Sánchez.

En cuanto a la ingesta de agua, suele incrementarse ahora, en verano, a causa del sudor, el calor, una mayor fatiga y cansancio, derivados del bochornoso clima que tenemos. Hay hasta los que se llegan a beber 3 ó 4 botellas de agua de litro y medio en un solo día, como nos cuenta, en su caso, Christoff Moran. Por otra parte, muy pocos toman bebidas alcohólicas o con cafeína antes de irse a dormir, y los que lo hacen, se trata de momentos bastante esporádicos, como sucede con Dani Ruano y Sissi Nedkova.

Si lo que quieren es evitar levantarse con el cuello dolorido o la garganta reseca, deberían tomar algunas precauciones para poder pasar un verano frescos y sanos. Por ello, jamás hemos de olvidar las repercusiones que tiene el aire acondicionado para la mayoría de nosotros.

En definitiva, el calor se ha convertido en uno de los principales problemas a la hora de descansar. Puede que resulte inverosímil, sin embargo, llegamos a gastar más electricidad ahora que en invierno por el uso abusivo de los aparatos eléctricos. La verdad es que su uso en exceso, en especial, del aire acondicionado por las noches, puede acabar siendo perjudicial para nuestra salud. Lo mejor, en este tiempo, es mantener unos horarios fijos, realizando las cinco comidas al día, beber mucha agua y , a ser posible, dormir con ventanas y puertas abiertas evitando el uso del aire acondicionado.

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