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Eres la única tarraconense en clasificarse en la travesía del Club Nàutic Tàrraco.
(ríe) La verdad es que no esperaba quedar tan arriba. El recorrido era el más largo de los que he hecho, de 4 km, y acababa de volver de vacaciones tras competir en el World Master Championships, en Budapest. Estoy muy contenta.
¿Cómo fue la experiencia?
Hago muchas travesías en verano, pero para mí la del CNT es la mejor. Aunque el recorrido es el más largo y exigente, es el más bonito. Puedes disfrutar de las 5 playas de Tarragona. Además está bien organizada
¿Qué debes de tener en cuenta al nadar en aguas abiertas?
Respecto a nadar en piscina, tienes que tener más fondo, porque no tienes las paredes de viraje. Pero sobre todo saber cómo orientarte en el mar. Eso es primordial.
¿La orientación es algo con lo que se nace o se aprende?
Puedes tenerla, pero también puedes aprenderla. Es un sentido que desarrollas a medida que practicas y compites. Para quienes no tienen, lo mejor es buscar un punto de referencia e ir a por él. Es muy importante para cuando te descuelgas del grupo.
Entonces, es uno de los factores del éxito...
Entre otros. Pero sobre todo hay que se constante. Cuando fallas dos días, al tercero notas que tu cuerpo no se encuentra en la mejor condición. Y más si vas a competir en aguas abiertas. Para no perder ni un segundo, debes crearte una buena rutina y no saltártela.
¿Cuál ha sido la competición más dura en la que has participado?
Me he encontrado con varias, pero la travesía en aguas abiertas de Budapest la recuerdo con especial complicación. La competición era un sábado y por cuestiones climatológicas cambiaron la fecha y la ruta. Eso me hizo rehacer los planes del viaje, y aun así no sabía si me daría tiempo a llegar.
¿Y pudiste llegar a nadar?
¡Sí! Y además me clasifiqué en tercera posición. No me esperaba hacer podio después de tanto estrés y con unas condiciones no muy favorables. Ahí la orientación me ayudó mucho para terminar (ríe).
