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Muchos han sido los que han intentado crear sagas para emular al personaje de James Bond. Nadie lo ha logrado. 007 sólo hay uno.
Por eso, cuando llegamos al nivel de las comparaciones, esas nuevas franquicias salen siempre perdedoras. Y este era el caso de The Mechanic, cuya primera entrega (dirigida por un auténtico especialista del cine de acción como Simon West) resultó entretenida aún siendo un remake de otra película protagonizada anteriormente por Charles Bronson. No se puede negar que los muertos que deja Statham a su paso tienen estilo, aunque el de un asesino a sueldo, no el del mejor agente secreto del mundo. En aquella presentación del personaje de Arthur Bishop, Statham ya nos mostraba las cualidades de este matarife profesional de élite, con un estricto código y un talento único para eliminar limpiamente a sus víctimas.
Aquel thriller de 2011 ofrecía energía, elegancia y buenos momentos de pura adrenalina.
Cinco años después, el director alemán Dennis Gansel (Somos la noche o La ola) no logra, al menos, los niveles de entretenimiento de Simon West.
Acción y carisma
Basada en los personajes de Lewis John Carlino, la intención de los productores era la de crear una nueva franquicia con el protagonista. Algo así como una versión a la inversa del más famoso agente del MI6. La trama argumental guarda un gran paralelismo con las aventuras de Bond, otra cosa es el resultado final.
Mechanic: resurrection se deja ver gracias a las secuencias elaboradas de acción, al carisma del siempre duro Statham y a la aportación de Jessica Alba. Pero la historia resulta insulsa que parece reivindicar que Arthur Bishop es un Bond en miniatura, un miniBond. Tampoco llega al nivel de Ethan Hunt (el personaje de Tom Cruise en la saga Misión: Imposible.
Arthur Bishop (Jason Statham) pensó que había dejado atrás su pasado criminal, pero se encuentra de nuevo con él en el momento en que la mujer de su vida es secuestrada por uno de sus mayores enemigos. Debido a esto, se ve obligado a viajar por el mundo para llevar a cabo tres asesinatos imposibles y hacer su especialidad: que a los ojos de los demás sean accidentes.
