‘Trato de mostrar siempre lo mejor del alma humana’

Alejandro  Palomas, el ganador del premio Nadal, asegura que «el humor es un arma mucho más poderosa que el drama» y añade que «soy un alfarero de las emociones y fabrico las novelas que no encuentro en el mercado»

08 enero 2018 18:55 | Actualizado a 09 enero 2018 15:13
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«Veinticuatro horas. Una familia. Una boda. Todo va bien. Una llamada. Todo se tuerce. Una noticia cae como la metralla y lo desbarata todo». Así resume Alejandro Palomas (Barcelona, 1967) ‘Un amor’, su novela ganadora del premio Nadal. «El humor es más poderoso que el drama», afirma este «alfarero de las emociones», que habla de sí mismo en tercera persona y se ve como «un mezcla de angelito y Mr. Spock».

¿Es una novela rosa, como cabe suponer por el título?
Para nada. No soy muy amigo de ese color. No es de los míos. Me gusta mezclar colores a paletazos. Cuanto menos te lo esperas hay un rojo. Piensas que se va a teñir de rosa, y aparecen el negro o el blanco, que es el color de la respiración. Mi favorito. Es un juego con muchos colores. Me aburrí del blanco y negro que daban la imagen de un Alejandro Palomas muy cobarde que no apostaba. 

La familia, ¿paraíso o infierno?
Ambos. Son los pilares de la novela, como en la vida, que se vive en blanco y negro, sin arriesgar, cuando te da mucho miedo. Todo lo demás es elección y riesgo. Cuando vives la familia como a mí me gustan, es un deporte de alto riesgo. Cada familia tiene su humor y el de esta familia es peculiar surrealista y nada rosa. Hay mucha emoción contenida.

Una novela de una intensidad «muy Palomas», dice. Explíquese.
Escribo novelas porque no encuentro las que yo escribo. Las que me gusta leer. Lo que no encuentro en el mercado lo fabrico yo. Un ‘mundo Palomas’ en el que trabajo, ideo, vivo y escribo solo. Haciendo un juego de palabras, Palomas es muy Juan Palomo de la novela.  

Una novela «para inyectársela», dijo al presentarla.
Sí. La vida en vena. Un chute vital. Si te gusta la vida, te gustará muchísimo. Soy así en todo. Quiero provocar voracidad en el lector. 

¿Su lector reirá o llorará más? 
Reirá mucho más. Lo más difícil del mundo es hacer reír. Hacer llorar es muy fácil. No tiene secretos. Hago llorar a cualquiera en cinco minutos. Hacer reír es más complicado. El humor es un arma mucho más poderosa que el drama. En el humor hay compromiso. Cuando en esos horribles programas de televisión preguntan a la gente qué quiere de su pareja, mujeres y hombres siempre dicen: «que me haga reír». No es casualidad. Es un latido inconsciente. La risa une para siempre. Si la mantienes, no se gasta nunca. 

En su relato todo se tuerce un instante.   
Cuando crees que controlas la situación, la vida juega sus cartas de repente, como en la novela. Los personajes son muy reactivos. Se reordenan sin descanso para llegar a mostrar su mejor versión. El desafío era que a través de la relación familiar llegaran a gustarse los unos a los otros. Es una apuesta por mostrar siempre el mejor lado del alma humana. 

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