¿Ya tienes heredero digital? Tú decides cómo quieres morir en la red

La Generalitat de Catalunya ha aprobado el proyecto de ley sobre últimas voluntades digitales.Permitirá designar un heredero digital para que administre todas las cuentas y contenidos del fallecido en internet

19 mayo 2017 15:57 | Actualizado a 21 mayo 2017 14:16
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Todos nos moriremos tarde o temprano. El cómo y el cuándo lo desconocemos. Sí que está en nuestras manos decidir cómo nos gustaría fallecer en internet. Facebook, Twitter, Instagram, Gmail, Hotmail, Dropbox. Quien más, quien menos tiene una cuenta en una red social y un correo electrónico. Es el momento de afrontar la ‘muerte digital’ y decidir quién queremos que sea el heredero de nuestro patrimonio: mensajes, fotografías, colecciones de música, correos electrónicos, documentos en la nube, etc.

‘Heredero digital’

La Generalitat de Catalunya ha aprobado el proyecto de ley de voluntades digitales. Es una normativa pionera a nivel estatal y a escala internacional. El objetivo es crear la figura del ‘heredero del patrimonio digital’. Será alguien designado por la persona que ha perdido la vida para que gestione las cuentas y los contenidos en la red de la persona fallecida. Entre los activos de una herencia digital, el proyecto de ley distingue las comunicaciones electrónicas, las cuentas en las redes sociales, el almacenamiento de archivos en la nube y los bienes, servicios o dominios adquiridos por el fallecido.

«Resolverá la posibilidad de que cada persona manifieste su voluntad en relación a su patrimonio digital cuando fallezca», detalla Agustí Cerrillo, catedrático de Derecho Administrativo de la UOC. Con esta normativa, en cambio, no será necesario que nadie tenga las contraseñas ni que acceda a todos los documentos y conversaciones privados. «La ley prevé que el heredero pueda notificar la muerte de un usuario y que las plataformas activen las políticas previstas», afirma Miquel Peguera, profesor de los Estudios de Derecho y Ciencia Política de la UOC. De esta manera las plataformas digitales tienen más seguridad de que la persona designada representa el difunto y no será tan complicada la identifición y justificación del grado de parentesco. Él mismo experto destaca que «el proyecto de ley tiene como objetivo facilitar las gestiones, pero no tiene la capacidad de regular qué es lo que tienen que hacer o no los prestadores de servicios».

¿Tengo que hacer un testamento?

No se trata de ir corriendo a la notaría más cercana. El proyecto de ley contempla otras posibilidades para dejar en herencia nuestro patrimonio digital. «Se puede hacer un testamento o también a través de otros instrumentos de carácter sucesorio donde incluir las voluntades digitales», afirma Agustí Cerrillo.

Cuando tienes 25 años en lo último que piensas es en la muerte y mucho menos en hacer un testamento. «Ante este tipo de circunstancias la ley contempla la creación de un registro telemático de voluntades digitales, que dependerá del Departament de Justícia», asegura Cerrillo. Si no hay testamento se aplicará el contenido del registro.

Espacio memorial

Las redes sociales ofrecen distintas soluciones funerarias. Google y Facebook acumulan millones de usuarios. La ‘presión social’ ha hecho que, en palabras de Agustí Cerrillo, «hayan facilitado mecanismos para que la persona que abre una cuenta pueda manifestar qué desea que se haga cuando fallezca, como cancelar la cuenta, convertirla en un espacio memorial o facilitar una copia al heredero digital».

¿Qué es mejor? No hay una respuesta única. No son lo mismo las fotos familiares que los documentos de trabajo que guardamos en la nube. «Ambos son archivos digitales, pero los efectos y el impacto de su conocimiento sobre los derechos de terceras personas son diferentes», afirma Cerrillo.

Él mismo alerta que cuando se firma un contrato, con la mayoría de plataformas digitales, se asume que aquella persona será la única que utilizará la cuenta y que no dará sus contraseñas a nadie. Por lo tanto dejar las contraseñas escritas en el testamento para que alguien más gestione las cuentas no sería del todo legal.

Se calcula que al cabo del año desaparecen 1,8 millones de personas que han colgado multitud de datos en sus redes sociales. Iniciativas empresariales como la de la catalana Tellmebye nos ayudan a mantener a buen recaudo todo nuestro patrimonio digital.

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