CiU escenifica en el Parlament su ´ruptura´ con el expresident Pujol

Justo hoy se cumplen nueve meses de un comunicado que sacudió los cimientos de la política catalana y hundió el prestigio de uno de los políticos más veteranos de Europa: Jordi Pujol. El 25 de julio de 2014, el expresident confesó que había cometido fraude fiscal durante 34 años.

Pujol aseguró que su padre «dispuso como última voluntad específica que un dinero ubicado en el extranjero, que no se encontraba regularizado en el momento de su muerte en septiembre de 1980, fuese destinado a mis siete hijos y a mi esposa, pues él consideraba errónea y de incierto futuro mi opción por la política en lugar de seguir en el mundo de la actividad económica».

Más adelante, Pujol admitió que «lamentablemente no se encontró nunca el momento adecuado para regularizar esta herencia, como sí han podido hacerlo el resto de personas que se encontraban en situación similar en tres ocasiones excepcionales en los más de 30 años de vigencia del actual sistema tributario».

Terremoto y ríos de tinta

El terremoto político fue mayúsculo. Hubouna primera comparecencia de Pujol en el Parlament y luego una comisión de investigación, aún abierta, por la que ha pasado prácticamente toda su familia y que ha servido, aparte de para el habitual rifirrafe políticos, para demostrar algo ya conocido: que la familia estaba vinculada a los negocios.

El mito de Jordi Pujol, que se había autoerigido en adalid de la decencia, se resquebrajó. El partido que Pujol había fundado ha ido rompiendo amarras con su ‘jefe de toda la vida’. Cualquier convergente siente hoy como una herida profunda ‘el caso Pujol’ pese a que en su comunicado el propio expresident dijese que «Expongo todo esto con mucho dolor, por lo que significa para mi familia y para mí mismo, pero sobre todo por lo que puede significar para tanta gente de buena voluntad que puede sentirse defraudada en su confianza, a la que pido perdón».

Esa ‘ruptura’ vivió ayer un episodio más. Se reunió por primera vez la ponencia que estudia la ley que permitirá revocar los privilegios de los expresidents. La proposición de ley fue impulsada per ICV. CiU la apoyó.

Según explica el diputado de CiU que forma parte de la comisión, David Bonvehí:«Hemos definido el posicionamiento de cada grupo. Todos estamos de acuerdo en regular que el Parlament puede revocar los derechos de los expresidents, qué mayorías serían necesarias». La normativa actual –que data de 2003– no contempla que se les pueda retirar el despacho, la pensión vitalicia, el coche oficial... Los expresidents pueden renunciar voluntariamente, como ha hecho Pujol.

Aparte de polémica, ‘el caso Pujol’ ha generado un aluvión de libros sobre el tema, en los que Tarragona también es ‘protagonista’. Maiol Roger en Jordi Pujol, la gran família. L’entorn a l’ombra del president desvela que en su libro «se habla de los negocios de Jordi Pujol Ferrusola con el Port de Tarragona y Lluís Badia en Rosario (Argentina). Cómo Júnior (Jordi Pujol hijo) acaba haciéndose con el control del negocio en Argentina. También escenas que pasaron en la provincia de Tarragona son claves en algunos tramos del libro, como la construcción de PortAventura, que permitió la entrada a un oscuro personaje como Javier de la Rosa».

Paradojas de la vida, la primera reunión de la ponencia coincidió ayer con el 35 aniversario de la elección por el Parlament de Pujol como President de la Generalitat. De la gloria a la vergüenza en tres décadas y media.