El presidente chino, Xi Jinping, inauguró ayer el mayor viaducto del mundo en mar abierto y una de las obras faraónicas del país asiático que ve la luz tras años de retrasos y sobrecostes, a fin de integrar aún más las regiones semiautónomas de Hong Kong y Macao con China continental.
Para su construcción se emplearon 400.000 toneladas de acero, el equivalente a 60 torres Eiffel, que se reparten entre los 55 kilómetros de longitud, de los que 30 kilómetros están levantados sobre mar abierto y 6,7 componen un túnel subterráneo instalado en las aguas del sur de China que permitirán que buques de mercancías y barcos de amplia envergadura sigan circulando.
foto: efe