España sigue a la cola de Europa en políticas sociales pese a escalar cinco puestos respecto a 2016 en el ránking mundial del Indice de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), una clasificación que incluye a 157 países y que elaboran Naciones Unidas y la Fundación Bertelsmann. Cuatro países nórdicos, Suecia, Dinamarca, Finlandia y Noruega, lideran con holgura la lista. Sólo Japón -décimo-, Canadá -decimoséptimo- y Nueva Zelanda -vigésimo- se cuelan entre los europeos, que copan del ‘top 25’, precisamente el puesto que ocupa España, con 76,8 puntos, a casi nueve del primero y por delante de Polonia, Portugal e Italia.
En la Cumbre para el Desarrollo Sostenible, llevada a cabo en septiembre de 2015, los líderes mundiales aprobaron la Agenda 2030. Se comprometieron así a cumplir una serie de 17 objetivos para terminar con la pobreza y la desigualdad y hacer frente al cambio climático. Para alcanzar un bienestar global, a fin de cuentas, en los tres siguientes lustros.
Trabajo decente y crecimiento económico; industria, innovación e infraestructura; producción y consumo responsable; acción por el clima; vida submarina y vida de los ecosistemas terrestres son las categorías en las que el país debe dedicar sus esfuerzos para mejorar.