La Generalitat no crea plazas de residencia de gent gran desde 2010

Ascensión tiene 95 años y José, 96. Son un matrimonio de Tarragona. Ella apenas puede andar y necesita ayuda para ir al lavabo. Él sufrió un ictus hace año y medio y, aunque físicamente está bien, no conoce ni a su hijo Pere. Ambos sufren incontinencia y requieren atención día y noche. Ahora los cuidan con mimo su hija María, de 66 años, que convive con ellos, y el propio Pere, que hace todo lo que puede y paga a una chica para que les atienda. María y Pere se vuelcan con sus padres, pero la situación les desborda. Solicitaron hace ya más de un año el ingreso de ambos en una residencia. No tienen noticia. Sólo saben que va para largo.

La dramática situación de Ascensión y José es desgraciadamente ‘normal’. Forman parte de la nómina de 2.000 tarraconenses que están en lista de espera para acceder a una residencia de gent gran en la demarcación de Tarragona. La cifra –ni confirmada ni desmentida por la Generalitat– la aporta el PSC citando al propio Govern. Fuentes del Departament de Treball, Afers Socials i Famílies se limitaron a asegurar que «en ningún caso esas personas quedan desatendidas. Hay otros servicios para ellas», en alusión a la atención domiciliaria o los centros de día.