«Los proyectos de vacuna van en la dirección correcta»

Las investigadoras Alba Grifoni y Sydney Ramirez se muestran optimistas respecto a la inmunidad cruzada de otros virus respecto al SARS-CoV-2

01 junio 2020 08:00 | Actualizado a 01 junio 2020 09:19
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Cuando el SARS-CoV-2, el virus que causa la Covid-19, saltó de los animales a los humanos, los científicos se reconocieron ciegos: apenas existía información sobre un patógeno que estaba a punto de provocar la crisis sanitaria más importante en el último siglo en el mundo. Sin embargo, en apenas cinco meses, las investigaciones han dado un enorme salto y el coronavirus ya ha dejado de ser un desconocido. Aunque aún son incipientes, algunos estudios están apuntando la posibilidad de que quienes han pasado el coronavirus como determinados tipos de catarros pueden estar protegidos contra el SARS-CoV-2. Estas personas tendrían una inmunidad previa o cruzada, y este hecho podría acelerar otra inmunidad, la de rebaño, que protegería a los individuos que no han pasado la enfermedad.

El Instituto de Inmunología de La Jolla, en San Diego (California), acaba de publicar en la revista ‘Cell’ una investigación que alienta el optimismo. Según este estudio, que ha utilizado herramientas de bioinformática y que ha estado liderado por los profesores Shane Crotty y Alessandro Sette, un grupo de la población, que podría oscilar entre el 40 y el 60%, contarían con inmunidad previa al coronavirus al haber pasado ya otro tipo de virus respiratorios parecidos. La explicación se encuentra en las células T, que se forman a partir de las células madre en la médula ósea y que son parte del sistema inmunitario. Estas células T, que el organismo ha desarrollado después de sufrir un coronavirus previo, servirían en una infección posterior para activar las defensas del cuerpo y eliminar los patógenos.

Los autores de la investigación prefieren ser cautos cuando exponen los resultados de su trabajo. «No sabemos todavía con certeza si pueden generar defensas contra la Covid-19, pero sí que tienen una memoria capaz de reaccionar contra el SAR-CoV-2. Esta memoria puede jugar un papel de protección o no, eso es lo que estamos tratando de determinar ahora», aseguran desde la ciudad estadounidense las investigadoras Alba Grifoni y Sydney Ramirez, miembros de los equipos que han desarrollado el estudio.

«Nuestro estudio muestra que existe una inmunidad contra el virus y que vemos respuestas fuertes contra la proteína de espiga (la que permite que el virus entre en el cuerpo humano). Lo que sugiere todo esto es que los actuales proyectos de vacuna están yendo en la buena dirección y tan rápido como está siendo posible. Así, estamos ante una excelente noticia».

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