Los recortes de la OPEP no logran el efecto buscado en los precios del crudo

19 mayo 2017 16:40 | Actualizado a 19 mayo 2017 16:40
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El crudo de petróleo se ha mostrado como uno de los activos financieros más volátiles durante los últimos años. Lo que hace poco más de dos años era un refugio seguro para cualquier inversión, con el precio del barril de Brent asentándose y acomodándose por encima de los cien dólares, se convirtió de repente, desde finales de 2014, en toda una montaña rusa. Tanto fue así que, a principios del año pasado, el precio del crudo marcaba mínimos en doce años, superando por poco los 27 dólares.

Cosa obvia, el problema tras la muy profunda caída de precios era la sobreabundancia. A la producción de los países de la OPEP y Rusia, se sumó en esos años la sobreproducción generada por las extracciones de petróleo de esquisto (el famoso fracking) en Norteamérica, lo que generó unas enormes reservas petrolíferas por todo el mundo. La existencia de esas reservas no hizo otra cosa que arrastrar los precios hacia abajo. Demasiada oferta para no tanta demanda.

Sin embargo, desde comienzos del año pasado el precio del crudo comenzó a resurgir otra vez. Y detrás de dicha subida, que llevó al barril de Brent hasta la frontera de los 55 dólares a inicios de este 2017, se acumulaban varias razones. Primero, que la extracción de crudo de esquisto en Estados Unidos y Canadá dejó de ser tan rentable ya que, con unos precios tan bajos, las labores de exploración y extracción eran demasiado caras como para generar grandes beneficios. Segundo, que las reservas acumuladas y que hacían que el precio del barril descendiese se fueron agotando. Y por último y ya de forma más reciente, el pacto de los estados miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para la reducción de su producción.

El pacto entre el cártel de productores de petróleo, según vaticinaron algunos expertos, volvería a aumentar y estabilizar, por fin, el precio del crudo. Además, según las cifras publicadas por la propia OPEP, dicha reducción estaba teniendo lugar. Por ejemplo, solo Arabia Saudí, uno de los principales productores a nivel mundial, habría reducido su bombeo en 10,47 millones de barriles al día. Los descensos de producción también tuvieron lugar en otros de los grandes exportadores, como Nigeria (-113.500 barriles, hasta los 1,542 millones de barriles al día) y Venezuela (-45.200 barriles, hasta 2,021 millones de barriles al día).

Pero, pese a todos los esfuerzos de la OPEP y a ciertas previsiones que apuntaban a nuevas subidas, el precio del brent se sigue manteniendo en torno a los 55 dólares, sin visos de estar a punto de vivir una subida brutal. Y la pregunta, por lo tanto, sigue siendo: ¿Por qué no suben los precios del crudo?

El fracking vuelve con fuerza

En esta ocasión, la respuesta hay que buscarla en Norteamérica. Allí, las principales regiones extractoras de petróleo de esquisto apuntan a subidas en su producción, según apunta la Agencia Energética de los Estados Unidos, y ello supondrá un jarro de agua fría sobre las aspiraciones alcistas de la OPEP respecto los precios del crudo. El cártel se volverá a reunir dentro de unos cinco meses y es probable que en ese momento vuelva a acordar nuevos recortes a la producción ya que los que se vieron hasta ahora no han resultado muy efectivos.

Habrá que esperar para conocer los resultados de esta nueva etapa de la montaña rusa en la que se ha convertido el precio del petróleo. Lo único seguro de aquí en adelante es que la volatilidad va a seguir sin desaparecer.

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