Refugios nucleares, el gran negocio

El aumento de la tensión con Corea del Norte ha hecho crecer el interés por los refugios subterráneos. Ayer mismo los norcoreanos lanzaron tres misiles de corto alcance

27 agosto 2017 16:51 | Actualizado a 27 agosto 2017 16:57
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Las constantes llamadas para pedir información a uno de los pocos constructores de refugios antinucleares del país son prueba fehaciente de que la preocupación por un posible ataque con armas atómicas está en aumento. Corea del Norte realizó ayer mismo el lanzamiento de tres misiles de corto alcance, con los que rompió un mes de tregua armamentística y dejó atrás la contención mostrada en los últimos días tras la escalada de tensión con EEUU.

Algunos proyectiles volaron más de 250 kilómetros en dirección nordeste antes de caer en aguas del mar de Japón.

Los lanzamiento se producen un día después de que el Norte celebrara el 57 aniversario de su doctrina «Songun», que prioriza al sector militar y bajo la que el país dio el impulso definitivo a sus programas de misiles y armas nucleares durante el gobierno de Kim Il-sung, abuelo del actual líder, Kim Jong-un.

«Vivimos en una nueva era, y ya no estamos en la Guerra Fría con los rusos, estamos en una guerra caliente con Corea del Norte. Va a ser una guerra nuclear o nada», dice Ron Hubbard, propietario de Atlas Survival Shelters. Hubbard es pionero en la construcción de refugios subterráneos a precios asequibles en EEUU.

En las últimas semanas los pedidos se han multiplicado.

Un lugar donde resguardarse, con comida, agua potable y oxígeno cuesta 8.500 euros

Entre los compradores también hay hispanos que están dispuestos a gastar más de diez mil dólares (8.500 euros) por tener un lugar donde resguardarse, con comida, agua potable y oxigeno.

«Queremos tener detalles sobre los precios y donde se puede instalar, no es tan sencillo como comprar el refugio y ya», explica María Hernández.

El empresario asegura que sus refugios deben estar enterrados a veinte pies (seis metros) del suelo. «Esto le dará la máxima protección, lo puede proteger de la explosión (nuclear), la radiación gama y la lluvia radiactiva», asevera.

Los refugios no son la única opción con la que los residentes de la costa oeste cuentan para afrontar un posible ataque nuclear. El condado Ventura, en el sur de California, elaboró un plan de casi 300 páginas sobre cómo actuar si una bomba estalla en el centro de Los Ángeles y cómo sobrellevar la emergencia.

Tanto Hubbard como los funcionarios locales y estatales coinciden en que los refugios y los planes de emergencia dan un sentido de seguridad a la gente: «les dan paz mental». «Un refugio es como tener un seguro de automóvil», vaticina.

Atlas Survival Shelters ha sabido capitalizar esta necesidad de seguridad. En 2011 tenía cinco empleados y hoy son 20 personas las que construyen estas residencias subterráneas. Ahora está contratando más trabajadores, la mayoría hispanos, para la planta que abrirá el próximo mes en Texas y a futuro se plantea abrir una planta en Monterrey (México). Dependiendo del precio, el refugio puede tener ducha, baño, seis camas, cocina y espacio para almacenar comida y agua para 28 días. 

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