Turismo de tequila, cine y biblia

La especialización es una de las claves para atraer visitantes.Sentirse como un tequila, un Jedi o un personaje bíblico ya están al alcance del viajero

13 marzo 2018 10:40 | Actualizado a 13 marzo 2018 10:56
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En medio de campos de agave y árboles, un hotel en el occidental estado mexicano de Jalisco ofrece a sus huéspedes la experiencia de ‘convertirse’ en la tradicional bebida del tequila y ‘reposar’ en enormes barricas durante una o más noches.

Enclavado en una de las fábricas del municipio de Tequila, que dio nombre a este licor mexicano, el hotel recibe a sus clientes en habitaciones redondas en forma de barricas y los invita a sentir «la alquimia» de los olores que emanan del proceso de destilación de una bebida, explica Lorena Rosales, gerente comercial del hotel Matices.

En tono de broma, añade que pernoctar en estas barricas en medio de un ambiente artesanal y campirano, alejado del estrés de la ciudad, convierte al visitante en un «tequila reposado».

«Estás hospedado dentro de una fábrica tequilera, sobre un paisaje (de agaves), aquí la idea es que el huésped duerma dentro de una barrica y sea (como) un tequila. Al día siguiente cuando se despierte ya lo consideramos un tequila reposado», bromea Rosales.

El hotel está en un terreno cercano a las faldas del volcán Tequila. El silencio de la vida del campo y los cálidos colores de los sembradíos de la planta del agave con la que se produce el tequila se mezclan para dar una sensación de tranquilidad y relajación.

Aire puro y animales

«Llegas a un lugar donde vas a respirar tranquilidad y aire puro, vas a ver los campos, a los animales que andan entre los agaves. Eso es lo que muchos vienen buscando», afirma.

La idea de construir este hotel surgió hace diez años por el dueño de La Cofradía, la fábrica que está a unos metros. Al principio las habitaciones eran cuartos comunes.

Luego surgió la idea de ofrecer «un concepto innovador» más allá del lujo cinco estrellas que atrajera al público nacional y extranjero.

Además de las habitaciones de tipo rústico, el hotel ofrece cata de tequila, recorridos por el pueblo mágico, actividades en la naturaleza, fogatas para resguardarse del frío y observar las estrellas, así como la posibilidad de hacer tu propia botella de cerámica o adoptar un agave.

Turismo local y foráneo

Quien adopta una de estas plantas «adquiere el compromiso» de visitarla con frecuencia y una vez que esta madura (alrededor de ocho años), se somete al proceso de destilación y se envasa en varias botellas de tequila que son obsequiadas al mentor, asegura Yazmín Lizama, otra de las gerentes del lugar.

Un año después de haber inaugurado las nueve barricas con las que inició el hotel, el lugar es visitado por turistas de todos los estados de México, aunque también por los extranjeros, todos interesados en conocer más de cerca lo relacionado con la elaboración del tequila.

Edgar Tirado es uno de estos visitantes. Junto a su novia, acudió a este hotel atraído por la peculiaridad de sus habitaciones y dice que quedó sorprendido por la tranquilidad que se respira en el lugar.

Además de poder degustar el tequila, cuenta que lo que más disfrutó de su estancia fue la decoración y el paisaje que se despliega a su alrededor.

«(Está) muy innovador, muy original, muy acogedor y muy tranquilo y para salirse un poco de la rutina. Vale mucho la pena», afirma el joven, quien se dice amante de esta bebida típica.

Rosales adelanta que para este año construyen nuevas habitaciones para satisfacer la demanda que han experimentado en los meses recientes y la meta es llegar a 50 barricas, además de agregar otros servicios para atender a las familias que acuden con niños pequeños.

Convivir con Skywalker

El estreno el pasado diciembre de ‘Los últimos Jedi’ y la sensación de mayor seguridad, han servido para relanzar el turismo en el sur de Túnez, donde aún quedan de pie algunos de los escenarios que George Lucas construyó en 1976 para el primer título de la saga ‘Stars Wars: la nueva esperanza’.

Enamorado de sus impresionantes desiertos, pero sobre todo de los restos de la llamada cultura troglodita, Lucas y su equipo se prendaron de llanuras y cavernas, de edificios excavados en la roca y atardeceres de ensueño.

Y así, hace mucho tiempo, en una galaxia muy, muy lejana...  la región tunecina de Tataouine se se convertiría en el planeta homónimo Tatooine, lugar natal de Luke Skywalker. Eso sí, con algunos toques mínimos de atrezo.

Cierto es que la desidia, el tiempo y la ausencia de visión comercial de las autoridades tunecinas han hecho que este legado cinematográfico se haya deteriorado, quedando restringido durante años al ojo fanático de los frikis y al objetivo de cineastas profesionales y amateurs que imitan u homenajean al maestro Lucas.

Pero en los últimos meses se han acometido una serie de reformas que permiten que en el Hotel Sidi Driss, en la ciudad de Matmata, uno pueda sentarse a la misma mesa en la que comió el joven Anakin Skywalker, aunque en esta ocasión para degustar la gastronomía local tunecina.

Siglos atrás, los primeros pobladores bereberes construyeron allí casas subterráneas, excavadas en el suelo, para resguardarse de las sofocantes temperaturas.

Aún perceptibles en toda la localidad, las construcciones similares a «la granja Lars», en la que creció el futuro Jedi, sirven hoy en su mayoría de aprisco para cabras.

Más al este, la primera recreación del puerto de Mos Espa es sin duda el lugar más simbólico y fotogénico, un pedazo de cartón-piedra situado en mitad del desierto, al que se accede tras una hora de viaje por dunas y llanuras solitarias.

Menos visitado por estar más al este, apartado de la región de Tataouine y las rutas turísticas de la zona, se halla el hogar de Luke en forma de iglú, desde el que el joven soñador contempla el horizonte en la famosa escena de las dos lunas.

Situado a 20 kilómetros de la ciudad de Nefta, muy cerca ya de la frontera con Argelia, el iglú, levantado en una planicie infinita, ha sido restaurado en los últimos meses y está prácticamente igual que durante el primer rodaje.

Ir a las termas de Moisés

Relata el Antiguo Testamento que Moisés, en su éxodo hacia la tierra prometida, encontró un manantial salado en el desierto del noreste de Egipto cuya agua convirtió en dulce para beberla. El lugar ahora vive una rehabilitación para atraer a peregrinos.

Las termas de Moisés, compuestas por siete fuentes donde el agua se dice que tiene efectos terapéuticos, es uno de los puntos que el Ministerio de Antigüedades y de Turismo quiere convertir en un nuevo destino para los visitantes.

El recinto, que data de la era bizantina y que fue construido sobre los manantiales que se creen que son los citados en la Biblia, era lugar de descanso para los diplomáticos extranjeros hasta comienzos del siglo XX.

Según el secretario general del Consejo de Antigüedades, Mustafa Waziri, las termas, cuyas profundidades oscilan entre seis y ocho metros, acabaron abandonadas y cubiertas de arena por falta de mantenimiento.

Pavimentar los caminos

La primera fase del proyecto de rehabilitación comenzó a finales de 2015 y terminó hace semanas, sin tener aún una fecha de inicio para la segunda etapa. 

Aún falta por pavimentar los caminos, remodelar las tiendas tradicionales, así como instalar bazares, cafeterías y restaurantes, en el marco de esa segunda fase de un proyecto cuyo presupuesto es de 365.000 euros.

El turismo en Egipto cayó con fuerza por la inestabilidad posterior a la revolución de 2011 y todavía no se ha recuperado debido a los recientes atentados terroristas.

En estos momentos, el Ejército desarrolla una gran campaña militar contra los extremistas que están presentes en el centro y norte de la península del Sinaí, donde opera una filial del grupo yihadista Estado Islámico.

Pese a que las termas se encuentren a unos 200 kilómetros aproximadamente de las áreas afectadas, Soraya Ahmed y Um Ziri, quienes regentan sendas tiendas, aseguran que «la guerra está lejos» del sur del Sinaí y que «aquí se vive muy bien».

El titular de Antigüedades egipcio, Jaled al Anani, destaca este aspecto y sostiene que este tipo de proyectos turísticos también son «un mensaje en la lucha contra los terroristas» en Egipto.

El camino de Jesús

Al Anani recuerda que en el lugar confluyen las tres religiones del Libro -el cristianismo, el judaísmo y el islam. Además, explica que por este lugar transitó la Sagrada Familia, pues por aquí pasa la ruta que, según la tradición, tomaron María y José al huir con Jesús a Egipto para escapar del rey Herodes.

Según el relato del segundo libro de la Biblia, Dios le dijo a Moisés que cortara una rama del denominado «árbol sagrado» -en cuyos robustos tallos los niños juguetean ahora- para meterla en ese manantial y convertir el agua en dulce y poder beberla, tras haber estado tres días sin catar gota en el desierto.

La Biblia cuenta que los israelitas que huyeron con Moisés comenzaron a maldecirle por haberles sacado de Egipto, aunque gracias a la obra de dios pudo seguir. Hoy es la población local quien espera un milagro para que su vida se reconstruya junto al lugar sagrado.

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