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Robert Zemeckis fue uno de los discípulos más aventajados de Steven Spielberg. Triunfó gracias a filmes como Tras el corazón verde (1984), ¿Quién engañó a Roger Rabbit? (1988), La muerte os sienta tan bien (1992), Contact (1997), Lo que la verdad esconde y Náufrago (2000) o Polar Express (2004), aunque sus ‘campanazos’ más sonados fueron la trilogía de Regreso al futuro y Forrest Gump (1994).
Por el camino experimentó, al igual que hizo James Cameron, con la captura de movimiento. Así quedó patente en 2007 Beowulf o en 2009 con Cuento de Navidad. Su anterior trabajo fue Aliados (2016), en el que juntaba en la gran pantalla a Brad Pitt y Marion Cotillard. Fue un filme que no funcionó en taquilla pero que resultaba entretenido gracias a su historia de espionaje durante la II Guerra Mundial.
Zemeckis es un auténtico enamorado de la mezcla de acción real y animación. La mejor prueba fue la pionera ¿Quién engañó a Roger Rabbit?, idea copiada después por otros cineastas.
Ahora ha decidido adaptar a ficción el aclamado documental Marwencol de Jeff Malmberg, de 2010. Y aunque este Zemeckis está lejos del aquel que nos encandiló con sus películas en los años 80, 90 e inicios del actual siglo, todavía sigue destilando el talento y la capacidad creativa con que nos asombró.
Su particular mundo
Con Steve Carell y Leslie Mann como protagonistas, la cinta se centra el la historia de Mark Hogancamp, quien ha sido víctima de un brutal ataque que le deja en coma. Cuando despierta, no recuerda nada de su pasado. Sin embargo, empieza a construir una maravillosa ciudad ficticia en miniatura en su jardín en la que puede ayudar a la gente y ser un héroe. A medida que erige una increíble instalación, auténtico homenaje a las mujeres más fuertes que le rodean, y entra en un mundo de fantasía, consigue sacar el valor necesario para enfrentarse al mundo real.
Mark Hogancamp no deja de ser también un reflejo de la soledad con que cada uno de nosotros percibe el mundo, nuestra visión particular del mismo. Cómo nos gustaría que fuera y que fuésemos.
Y el personaje que interpreta Steve Carell se revela como un ser traumatizado y antipático. Un supuesto héroe en su cabeza de lo que le hubiera gustado ser. Un Madelman articulado creado desde una apuesta tecnológica. Puro Zemeckis.
