Un coche irrumpió ayer contra un grupo de personas en Charlottesville (Virginia), donde se produjeron choques violentos por una marcha de supremacistas y nacionalistas blancos, y dejó un muerto y varios heridos de diversa gravedad, informó el alcalde de la ciudad, Mike Signer.
«Estoy desolado por que se haya perdido una vida aquí. Urjo a toda la gente de buena voluntad que se vaya a casa», dijo Signer en un mensaje en la red social Twitter.
La polémica marcha ‘Unir a la derecha’ convocada por un grupo de blancos supremacistas y nacionalistas en Charlottesville (Estados Unidos) acabó en batalla campal y obligó a la declaración del estado de emergencia de seguridad por parte del gobernador de Virginia, Terry McAuliffe. Aunque el inicio de la marcha estaba previsto para el mediodía en el Emancipation Park, en el centro de la ciudad, minutos antes se produjeron ya los primeros choques violentos.
Las consignas lanzadas entre manifestantes, ataviados con banderas confederadas y escudos de protección; y los opositores, que acusan a los organizadores de ideología ultraderechista, rápidamente desembocaron en golpes y puñetazos.
Según la policía de Charlottesville, los primeros enfrentamientos se saldaron con varios heridos, sin precisar la cifra exacta o su gravedad.
Jason Kessler, organizador de la marcha, subrayó en un comunicado que se trata de defender la Primera Enmienda de la Constitución que protege la libertad de expresión y respaldar a «los grandes hombres blancos que están siendo difamados, calumniados y derribados en Estados Unidos».
La polémica marcha se organizó en protesta por la retirada de una estatua homenaje al general confederado Robert E. Lee, quien lideró a las fuerzas sureñas en la Guerra Civil estadounidense.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, calificó ayer de «atroz muestra de fanatismo, racismo y violencia» por «múltiples partes» los enfrentamientos violentos.