Cálculos de resistencia

Los nueve millones y pico de pensionistas las van a pasar canutas

19 mayo 2017 21:58 | Actualizado a 22 mayo 2017 14:31
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Las cuentas preelectorales no tienen por qué cuadrar, aunque tampoco salgan redondas. Los contables las pensaron para aguantar hasta fin de año sin que el libro de contabilidad se desencuaderne y su propósito es durar. “Todo el que resiste gana”, me decía el gran Camilo José Cela, allá por los años sesenta del siglo pasado, cuando su grandeza no estaba amenazada. No había ganado el Nobel todavía, ni alguien había divulgado su correspondencia. Mucho antes, la frase fue usada por otros clásicos más antiguos, en el supuesto de que los clásicos tengan edad y no sean todos contemporáneos. “Todo el que aguarda sabe que la victoria es suya”, dijeron. Tampoco era verdad. La verdad del ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, no es igual que la de los inmigrantes, ni la de los parados, que no pueden tener acceso a ella por mucho que se abran las puertas de la próxima legislatura y se revise el Pacto de Toledo. No se puede sacar leche de una alcuza y donde no hay, no hay. Sobre todo si se la han llevado algunos excelentísimos rateros, disfrazados con sus levitas.

Los presupuestos del 2016 lo único que presuponen es lo que sabíamos todos: que los nueve millones y pico de pensionistas las van a pasar canutas, sobre todo si las jubilaciones entran en la lucha electoralista ¿Por qué aturdir a los viejecitos hablándoles de macroeconomía? Ya les han engañado bastante cuando estaban en activo para prolongar la estafa. Ser viejo, aunque sea un agravio y una humillación, no equivale a ser tonto. En cualquier caso no se les debe exigir a quienes transitan por la tercera y última edad que hagan cuentas a ver si se cumplen las previsiones de crecimiento del 3% del PIB. Tampoco disponen de tiempo para interesarse por lo que pueda pasar si el PSOE pacta con Podemos. Con los años se pierden muchas cosas, entre ellas la curiosidad, que dicen que es una enfermedad infantil pero dura siempre hasta que nos la quitan.

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