Escribo antes de que se sepan los resultados americanos que el lector de este artículo conoce desde hace unas horas. La prensa de papel carece de la inmediatez de otros medios. Y por ello necesita de la prudencia.
Los periodistas, en una noche como esta, no solo tenemos presentes a Clinton y Trump, sino también a Harry S. Truman y al Chicago Tribune que, por falta de prudencia, el 3 de noviembre de 1948 envió a la rotativa planchas con el titular «Dewey defeats Truman» (Dewey derrota a Truman). Lo sucedido fue justo al revés, y bien que lo puso de relieve el presidente demócrata mostrando aquella portada con una sonrisa de oreja a oreja.
¿Por qué un periódico importante (había dado la exclusiva mundial del articulado del Tratado de Versalles) cayó en semejante error? Por precipitarse, pero también por dejarse llevar por su pasión. Antes había llamado imbécil a Truman.