Demasiado en juego

No me gustaría estar en la piel de Fernando Simón, el responsable del Centro de Coordinación de Alertas y Emergencias Sanitarias porque no se me antoja nada fácil la gestión de esta pandemia ni en lo político ni en lo sanitario. Y reconozco que precisamente por ello había sido muy cauta a la hora de valorar su gestión de la Covid-19.

Pero coincido en que sus declaraciones del lunes afirmando que «es mejor que los belgas y británicos no vengan a España», no han sido para acertadas. Aunque él mismo aclarara que lo decía «desde el punto de vista sanitario» y el ministro del ramo, Salvador Illa, y el propio Pedro Sánchez se apresuraran a salir en su defensa con una obviedad, es decir, que Simón «hablaba como epidemiólogo», ha sido una torpeza.

Todos sabemos que lo más complicado desde el inicio de esta crisis ha sido el difícil equilibrio entre la salud y la actividad económica. El debate sobre la duración del estado de alarma y la dureza de las medidas tomadas en España frente a otros países así lo ha demostrado. Pero también podría haber hablado como experto e insistir en la importancia de seguir cumpliendo con las medidas de prevención.

No son sus declaraciones las que han motivado las decisiones del primer ministro francés, del Reino Unido o los Países Bajos pero hay que vigilar más con los mensajes que se dan. Hay demasiado en juego.