Días de dolor

Una pregunta frecuente que me han hecho en los treinta años de esta sección se refería a la propia ejecución del artículo: búsqueda del tema, tiempo empleado, dificultad en la brevedad, etc.

Todo es fácil si el estado de ánimo es bueno, y muy necesario para insertar alguna nota de humor.

La actual pandemia dificulta hablar de otra cosa, y al dolor por lo que sucede se ha sumado en mi caso el de la muerte, aunque por otras causas, de una tieta, segunda madre, que siempre tenía al lado mientras escribía.

A sus 102 años conservaba lucidez para seguir actuando según la bondad que impregnó su vida. Hace poco debía firmar un impreso y, en vez de escribir Mercè Gilabert, apuntó: La tieta. Antes olvidaría su nombre que su función.