Diez años sin Juan Pablo II

Hoy se cumplen diez años de la muerte de Juan Pablo II. Millones de personas le vimos alguna vez, de cerca o de lejos.

Mi recuerdo más vivo es de cuando le vi rezar un buen rato, arrodillado, en una capilla de la Catedral de Sevilla, ciudad a la que La Vanguardia me envió en el reparto que hizo de periodistas por los lugares de su primera visita a España en 1982. Pude adelantarme y subir al púlpito de la capilla antes de que él llegara.

Así que lo vi desde la altura, inmóvil, para no ser echado de allí. Pero más inmóvil estuvo él, rezando, ajeno a todo lo que bullía alrededor.

Me explico lo que dijo un periodista converso de La Repubblica, que le había criticado en sus crónicas de aquel viaje, cuando antes de morir confió a su colega del Corriere della Sera: «Cuando veas al Papa, dile que lo que me ha convencido de él no han sido sus grandes gestos, sino verlo rezar».