Con la negociación de la quinta ampliación del estado de alarma, Pedro Sánchez ha logrado un verdadero consenso: todos están enfadados.
A PP, Vox, JxCat y la CUP la irritación les viene de nacimiento, así que el enfado de estos partidos ya lo tenía asegurado.
Al pactar con Ciudadanos enfadó también a ERC y a Compromís; al hacerlo con Bildu irritó al PNV; al rebajar luego el acuerdo entre Podemos y Bildu, molestó a Podemos. Si acaso hubiera alguno menos molesto es el partido de Arrimadas, que ha pasado de ser inservible a tener alguna utilidad.
La pregunta que se hace la gente es sobre el futuro, ¿qué pasará ahora? Mientras concluye el estado de alarma, crece la alarma por el Estado.